Tuesday, April 22, 2008

Lo que el sistema no explica sobre la crisis: ¿Cuál es el desenlace?



IAR Noticias /¿Qué va a pasar cuando la crisis financiera, retroalimentada por la escalada del petróleo y de los alimentos, devenga en una crisis inflacionaria-recesiva con despidos laborales masivos y emergencia alimentaria a escala global? El modelo colapsa, pero nadie explica que hay al final del túnel. Y hay una razón que lo fundamenta: El sistema (capitalista) perdió el control y su futuro es un laberinto.

21/04/08
Manuel Freytas

Alimentando la escalada mundial del precio de los alimentos (que ya genera inflación y estallidos sociales de los pobres a escala global), en la semana que pasó, los precios del crudo ya tocaron un récord de US$ 117, por barril, confirmando los peores pronósticos recesivos a nivel mundial y demostrando que sus valores ya no tienen techo ni control.

Los datos decisivos de la caída generalizada y constante de los mercados financieros y su efecto inmediato acechante: la estanflación mundial (combinación de recesión con inflación), continúan siendo -según coinciden la mayoría de los analistas- el derrumbe del dólar, la escalada de los precios del petróleo y su impacto desestabilizador sobre los precios de los alimentos a escala global.

Hasta ahora, en su media lengua interesada, los analistas y la autoridades del sistema capitalista solo contaron una parte de lo que describen como la antesala de una "crisis de la economía mundial" con epicentro en la crisis financiera en EEUU, que podría expandirse como un proceso recesivo a todo los países del planeta globalizado.

Por supuesto, que ningún analista o periodista del sistema explican en qué consiste y cómo será la dinámica y el desarrollo de esa "crisis global" (superior a la Gran Depresión del 30) que pronostica a cada rato la plana mayor del sistema capitalista desde las cadenas mediáticas internacionales.

La "crisis de la pobreza"

¿Cuál es el "peor escenario" que hoy vislumbra el capitalismo depredador como desenlace de las propias lacras que genera?

La ONU, el Banco Mundial, el FMI, la mayoría de los expertos y últimamente el G-7, vienen advirtiendo sobre el peligro de estallidos sociales (que ya están ocurriendo) a escala global que podrían generarse por el impacto de los precios del petróleo sobre el costo de los alimentos en los países más pobres de Asia, África y América Latina.

En forma inédita, la emergencia alimentaria producida por la escalada de los precios del petróleo, con su inmediato emergente de conflictos sociales que ya empiezan a extenderse por los países periféricos, determinó, la semana pasada, una operación "salvataje de los pobres" piloteada por el Banco Mundial, el FMI y el G-7 (las potencias capitalistas centrales).

Los precios de los alimentos a nivel global podría llevar a unos 100 millones de personas a una pobreza más profunda, alertó el sábado el director del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick.

Su advertencia se hizo eco en el jefe del FMI, el "gendarme financiero" del sistema capitalista a escala global, Strauss-Kahn, quien alertó sobre las calamitosas consecuencias del aumento continuo en los precios de los alimentos.

"Miles, cientos de miles de personas padecerán hambre. Los niños sufrirán de malnutrición, con consecuencias por el resto de sus vidas", señaló a la prensa, advirtiendo que la crisis social causada por la inflación en los precios de los alimentos ya esta desencadenando conflictos sociales a nivel mundial.

Hasta aquí, entonces, tenemos verificado la existencia de tres "actores centrales" de la crisis en desarrollo: El petróleo (en su interacción con el dólar en baja), la inflación (producto de la interacción petróleo-alimentos), y los estallidos sociales en los países más pobres (producto del encarecimiento y escasez de alimentos)

¿Como se resuelve en el futuro el desenlace de esta ecuación explosiva?

El modelo en peligro

Los analistas y autoridades del sistema hablan de "recesión global", pero nadie describe (o se imagina) como se va a desarrollar secuencialmente y cuáles serán las resultantes a escala global.

La crisis, como está planteada hasta ahora, ha sido esencialmente "financiera": Tuvo un epicentro en la crisis hipotecaria de EEUU, se expandió a los mercados financieros globales, y ahora ya toca variables estructurales de la "economía real" por medio del proceso desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos = proceso inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema capitalista: EEUU, Unión Europea y China.

En el actual pronóstico inflacionario de la economía imperial estadounidense coinciden instituciones claves del actual sistema económico-financiero como la Reserva Federal y el Tesoro de EEUU, el Banco Mundial, el FMI, así como el G-7 (los siete países más ricos) y los bancos centrales de Europa y de Asia, que ven en la confluencia crisis finaciera-derrumbe del dólar-escalada de los precios del petróleo, el detonante central de un (cada vez más claro) proceso recesivo del capitalismo a escala mundial.

Pero, obviamente, lo que no cuentan los analistas del sistema y sus autoridades es que el petróleo es el elemento clave y (el motor de todos los motores) para mantener una ecuación equilibrada del "modelo" de explotación capitalista vigente que hoy está nivelado para todo el planeta.

Ese modelo tiene tres ejes centrales e interdependientes:

A) El boom de las exportaciones de materias primas controlado por las trasnacionales en los países periféricos o "emergentes" (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos), que posibilita un crecimiento desmesurado de la rentabilidad capitalista sin distribución social de la riqueza, y la utilización del "asistencialismo" para contener los conflictos sindicales y sociales.

B) El boom industrialista-exportador de China y los mercados asiáticos controlado por las trasnacionales (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos) que permite a EEUU y a las potencias centrales del capitalismo exportar tecnología e insumos caros, e importar bienes y productos elaborados a precio de ganga.

C) La "especulación financiera" a escala global controlada por los grandes consorcios financieros sionistas (con la Reserva Federal de EEUU y los bancos centrales europeos y asiáticos, como herramientas de control y regulación), que le posibilita a EEUU (y a las potencias centrales) generar rentabilidad parásita (sin producción) y trasladar sus déficit al resto del mundo por medio del endeudamiento financiero.

En la articulación de este "modelo" interactivo de acumulación capitalista, Latinoamérica y los países "periféricos" exportadores de materia prima conforman "la granja barata", China y los países "emergentes" asiáticos conforman, a su vez, "la fábrica barata", y juntos alimentan la existencia funcional del "gran casino global" del dinero sin fronteras con sede central en Wall Street.

En estos tres motores se asentó hasta ahora lo que los expertos (antes de la crisis) señalaban como "formidable crecimiento mundial de la economía", y que en la realidad solo se trata de un proceso de concentración de la riqueza en pocas manos, con su contrapartida de pobreza y exclusión social, inédito por sus alcances en la historia del sistema capitalista.

La crisis hipotecaria en EEUU, primero, la irradiación de la crisis a los mercados financieros globales, después, y la escalada de los precios del petróleo, luego, terminaron de configurar un proceso inflacionario-recesivo que amenaza con arrasar los cimientos del modelo de explotación capitalista vigente a escala global.

En este escenario, el petróleo (el recurso más escaso y buscado del planeta) es la estrella protagónica central.

La ecuación de la crisis

Los factores detonantes clave de una crisis mundial -según se desprende de las propias proyecciones oficiales- se motorizan por la especulación bursátil con las acciones energéticas, la sobredemanda de energía, y el escenario siempre latente de conflictos geopolíticos y militares que se se ciernen sobre regiones petroleras estratégicas en Asia, Africa y Medio Oriente.

Como efecto de la interdependencia económica, el factor crisis financiera dólar débil-petróleo alto, hoy afecta en primer término a las "economías centrales" de EEUU y Europa, y se cierne como un fantasma sobre China, la llamada "fábrica del mundo", y mayor demandante global de petróleo y materias primas, que ya empieza a experimentar los primeros síntomas inflacionarios-recesivos en su economía.

EEUU y Europa son los principales compradores de productos chinos, y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y materias primas de los "países emergentes", con lo que se puede deducir que si el Imperio estadounidense (en proceso recesivo) reduce sus compras, el impacto se va a proyectar inevitablemente en una crisis de China proyectada a los "países emergentes".

Con un proceso recesivo de su economía y un dólar devaluado, EEUU (el principal comprador de la "gran fábrica" asiática) reduciría drásticamente sus compras a China, y Europa, que ya enfrenta un fenómeno recesivo en su economía comunitaria, e ingresaría en una contracción de sus sistema económico productivo.

Como impacto inmediato, la economía china también ingresaría en un proceso recesivo (detención del crecimiento) que la obligaría a reducir sus importaciones de materias primas y de petróleo.

A su vez la reducción en la importación de materias primas y de petróleo por parte de China (el principal importador mundial) impactaría en las economías de Rusia y de los "países emergentes" (los principales exportadores de petróleo y de materias primas a China) que también podrían ingresar en un proceso recesivo.

Esta situación, a su vez, sumiría al resto de las economías planetarias (interdependientes) en un proceso inflacionario-recesivo (estanflación) que dispararía una escalada de conflictos sindicales y estallidos sociales, como respuesta a la desocupación masiva y escalada de precios que generaría la reducción de la actividad económica a escala global.
El infierno tan temido

Asia, África y Medio Oriente con sus regiones petroleras, contienen áreas de conflictos geopolíticos y militares en ebullición que amenazan con estallar en cualquier momento (como son los casos emblemáticos de Irán, Siria, y el Kurdistán iraquí) impulsando el precio del crudo, incluso por encima de los US$ 200 como vaticina Hugo Chávez.

El gran temor (no confesado) de las autoridades del sistema es que la escalada del petróleo y de los alimentos se junte finalmente con el estallido de algunos de los frentes de conflicto geopolítico que acechan a zonas claves de la producción petrolera mundial.

Si las "turbulencias" en los mercados bursátiles se juntan finalmente con la escalada de los precios del petróleo, la inflación y un desenlace de los conflictos geopolíticos-militares latentes, pueden convertirse en dinamita recesiva para la economía mundial y el sistema capitalista liderado por el Imperio estadounidense.

¿Que pasaría con la inflación mundial y el precio de los alimentos si Israel y EEUU -como señalan constantes rumores- iniciaran operaciones militares a gran escala en Gaza, Líbano, Siria, con posible extensión a Irán?

Como primer impacto estallaría el Medio Oriente, con un conflicto árabe-islámico generalizado que abarcaría a Irán, Irak, y los países petroleros del Golfo (más del 70% de la actual producción mundial de crudo), y seguramente se reducirían (o paralizarían) mayoritariamente los niveles de exportación y comercialización a escala mundial.

El efecto inmediato en los mercados financieros no sería otro que el que anticipa Chávez: El barril de petróleo tal vez alcanzando y/o superando la barrera de los US$ 200.

EEUU, la Unión Europea, China, India, los tigres asiáticos y Japón, las primeras y más poderosas economías del sistema capitalista (a su vez, los grandes devoradores del petróleo mundial) reducirían y/o detendrían notablemente su flujo de importación y exportación.

La crisis financiera devendría en "crisis estructural" y el cóctel recesión + despidos en masa = estallidos sociales y conflictos sindicales a escala global, escaparía de las herramientas que utilizan la Reserva Federal y los bancos centrales para controlar la "volatilidad de los mercados financieros".

Hoy, como se verifica en la práctica, la crisis financiera y la especulación en el mercado de los energéticos, son, en cierta medida, relativamente controlables por medio de la intervención de la Reserva Federal y de los bancos centrales que inyectan liquidez en los mercados y corren al rescate de las empresas y bancos quebrados.

Pero si (y como está pronosticado oficialmente) la crisis financiera (por medio de la recesión) deviene finalmente en crisis estructural del modelo capitalista vigente, aparecerán en el escenario mundial dos actores, de naturaleza "incontrolable": Los conflictos sindicales y el estallido social de las clases más empobrecidas del planeta.

Y como primer emergente (ya se está viendo en países rebelados contra el hambre, como Haití) estallaría el orden de "gobernabilidad vigente" sostenido a escala mundial con la "democracia" y el "estado constitucional", dando paso nuevamente a un actor que hoy permanece en un segundo plano expectante: La represión militar y policial de los conflictos sociales y sindicales para restaurar el "orden".
Resumiendo la ecuación:

A) La combinación petróleo-alimentos produce suba de precios e inflación a escala mundial.

B) La inflación produce recesión, carencia de alimentos y despidos laborales a escala mundial.

C) Los despidos laborales y carencias de alimentos producen conflictos sindicales y estallidos sociales a escala mundial.

En resumen, se rompen el modelo económico y el esquema de "gobernabilidad constitucional" globalizado obligando a la represión militar y policial para "restaurar el orden".

Procesando la información mundial, se puede verificar que ya estamos en la antesala de ese proceso.

En definitiva, el descontrol social y sindical a escala global es el infierno tan temido por los expertos e instituciones del sistema cuando hablan de "crisis recesiva mundial" en puerta.

Y hay un agregado más temible aún: El tiempo que medie entre la represión de los conflictos sociales y la "reconstrucción" de un nuevo modelo capitalista, puede alimentar la aparición de nuevos líderes y movimientos de resistencia popular que reciclen un nuevo proceso revolucionario a escala mundial.

Hay algo que (probadamente) no puede derrotar el capitalismo: Sus contradicciones y el parto continuo de la historia.

Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

Fuente:
http://www.iarnoticias.com/2008/secciones/contrainformacion/0057_desenlace_crisis_21abr08.html

Vía:
http://senalesdelostiempos.blogspot.com/2008/04/lo-que-el-sistema-no-explica-sobre-la.html




Tuesday, April 15, 2008

Estados Unidos desata "crack" financiero global



Rebelión/René Báez
ALAI

Apoteosis y hundimiento de la Nueva Economía

Las emblemáticas quiebras de las gigantes Enron y WorldCom y los aparatosos desplomes de la Bolsa de Nueva Cork el año 2000, resucitaron el fantasma de la Gran Depresión de los años 30. De su lado, los descalabros monetario-financieros en el MERCOSUR a comienzos de esta década -mal atemperados por los blindajes del FMI- vinieron a corroborar la presunción de que el capitalismo global había devenido un caso clínico. Los presagios sombríos se multiplicaron incluso entre los apologistas del establishment. ¿Qué estuvo detrás de esos nuevos espasmos del capitalismo que le afectaban tanto en sus núcleos centrales como en la periferia?

Abordemos la cuestión desde la óptica de la Economía Política.

Caracteriza al régimen de producción capitalista su desigual desenvolvimiento en el espacio (países que crecen y países que se estancan e incluso retroceden) y en el tiempo (ciclos con sus fases de auge, crisis, recesión y reanimación). Las crisis constituyen el momento crucial para ese sistema económico-social, puesto que ponen a prueba su capacidad de reproducción. E incluso, desde una perspectiva temporal más amplia, interpelan sobre la validez del multisecular paradigma de la Modernidad y el Progreso. ¿Por qué sobreviene una crisis? Las crisis capitalistas -independientemente de sus circunstancias particulares y aleatorias- obedecen siempre a su contradicción esencial, es decir, al desajuste entre el valor de las mercancías producidas y el volumen de la demanda de las mismas. Expuesto en otros términos, traslucen el desequilibrio entre el carácter social de la producción y la forma privada de apropiación de los frutos de la actividad económica. Este punto de vista, antes que expresar una anacrónica visión teórica, refleja la realidad más cruda de este tornasiglo. ¿A qué aludimos?
Catapultado por sus grandes triunfos políticos (caída del “socialismo real”, cooptación del movimiento obrero de las metrópolis y debilitamiento transitorio del nacionalismo tercermundista) y por los espectaculares avances tecnológicos especialmente en los campos de la informática y las comunicaciones -constitutivos de la denominada Nueva Economía-, el capitalismo central vivió una nueva apoteosis en la década de los noventa a horcajadas de un impetuoso proceso de concentración y centralización de capital exacerbado por el crecimiento exponencial del capital financiero especulativo. Dialécticamente, esa euforia del sistema habría incubado la crisis de comienzos de este decenio. Expliquémonos.

A consecuencia del referido proceso de concentración, la economía mundial se encuentra actualmente bajo el dominio de unas 200 corporaciones globales - encabezadas por firmas como la ExxonMobil, General Motors, Ford Motor, DaimlerCrysler- que controlan el 25 por ciento del PIB mundial y conforman el “complejo totalitario” al que se refiere F. Clairmot. Este núcleo duro del capitalismo global se había robustecido en los 90 blandiendo un liberalismo económico de una sola vía; es decir, avasallando países y continentes, desregularizando a las economías “anfitrionas”, privatizando empresas estatales y paraestatales, desmantelando sistemas de protección laboral, arruinando a competidores locales, impulsando bloques de integración asimétrica (tipo TLCAN y ALCA). Y por supuesto -conforme se apuntó- mediante operaciones especulativas adelantadas a escala planetaria.

¿Por qué la bonanza de la economía estadounidense -la locomotora del capitalismo global- comenzó a hacer aguas desde el 2000 diseminando las turbulencias financieras, la caída libre del dólar, la recesión, la relocalización de las inversiones, el desempleo y el escepticismo tanto en el centro como en la periferia? ¿Qué factores concurrieron para agotar la fase expansiva de los Estados Unidos sustentada en la famosa Nueva Economía?

Aparte del debilitamiento de la demanda solvente, la inflexión del crecimiento a comienzos de la década tiene que explicarse por la progresiva pérdida de la competitividad norteamericana frente a Europa, Japón y China, tendencia que, en los últimos años, se ha traducido en déficit comerciales del rango de los 400-600 mil millones de dólares y en una espiral del endeudamiento de Washington provocando devastadores efectos en la ocupación y los ingresos en la metrópoli. Asimismo, un factor contractivo de la economía de la potencia mundial se tiene que localizar en la orientación capital intensiva de las tecnologías de punta, orientación que ha retroalimentado la caída de la demanda y generado un desempleo de características estructurales y no solo coyuntural. La extrapolación de estas condiciones a la economía internacional estaría en la base de la brecha de dimensiones siderales entre la opulencia y la miseria a escala mundial. Según las Naciones Unidas, tres hombres-corporación detentan una riqueza que supera al PIB total de los 48 países más pobres (600 millones de habitantes). ¿Cómo podría reproducirse normalmente un capitalismo que miniaturiza de tal modo el mercado?

El colapso de la financierización

El aspecto más perceptible de la crisis financiera comentada fueron los “cracks” bursátiles, popularizados bajo la denominación de “explosiones” de la burbuja financiera. Además del referido proceso de contracción de la demanda efectiva ¿qué factores determinaron las debacles financieras? ¿Por qué se desinfló el capital financiero?

Para comenzar, la financierización alude a un proceso de crecimiento exponencial del capital ficticio. Maurice Allais, premio Nobel de Economía, ha calculado que los movimientos internacionales de capital especulativo superan en 40 veces a las liquidaciones originadas en la compraventa de bienes y servicios. De su lado, José Manuel Naredo, coautor del libro Pensamiento crítico vs. pensamiento único (Debate, l998), anota que el volumen de las reservas monetarias en el poder de los gobiernos apenas corresponde al que se intercambia diariamente en el mercado de divisas, aproximadamente unos l.800 millones de millones de dólares. ¿Cómo pudo edificarse esa colosal “economía de papel”?

La creación de capital ficticio es una tendencia innata del régimen capitalista. Un innombrable economista alemán del siglo XIX la explicó asociada a la alienación que provoca ese régimen productivo y que se traduce en que los hombres dejan de reconocerse en los objetos que producen, dando pábulo a que el intercambio asuma formas fantasmagóricas. En la actualidad, ese “fetichismo de la mercancía” ha llegado a niveles surrealistas bajo comando de las corporaciones globales y los bancos de inversión, y cabalgando en el descomunal crecimiento de los mercados cambiarios, íntimamente relacionados con el mercado de los intereses. Como era de esperarse, la expansión de estos mercados, fuente de ingresos extraordinarios para el Gran Capital, ha dado origen a una variedad de “productos” financieros, también conocidos como “derivados” -futuros, swaps, opciones- y a la consiguiente expansión de la famosa burbuja de capital ficticio. ¿Por qué se rompió la pompa financiera en la coyuntura del 2000-2001?

Al menos por las dos razones siguientes:

° En primer lugar porque la financierización ocultaba la abismal disociación entre capital financiero y capital productivo, lo cual determinó que, en cualquier momento, los títulos fiduciarios puedan perder su valor de cambio y convertirse en papeles para el basurero. Es precisamente lo que constataron amargamente a comienzos de la década millones de inversionistas estadounidenses (y de otros países). ¿Cómo explicar ese espectacular desplome de los valores bursátiles? Respuesta: debido al sinceramiento que tarde o temprano se produce entre economía financiera y economía real. “La pretensión de burlar las causas estructurales de la crisis -se lee en un documento- con el despegue de las bolsas de valores promovido en la década de los 90 en EEUU llegó a su límite. En realidad, durante esa década el valor de las acciones creció en un l.000 %, pero la economía real lo hizo solo en un 50%”. (Declaración del Comité Ecuatoriano contra el ALCA, 2002).
° Una segunda causa se relaciona con el hecho de que la hipertrofia del sector financiero coloca las decisiones más importantes de la vida económica de continentes y naciones en manos de un grupo numéricamente insignificante de personas, cuyos criterios se definen al margen de los intereses de los grandes contingentes humanos y de los vitales equilibrios ecológicos, es decir, de los componentes de la economía real.

La “falla” ética del sistema

El “crack” financiero en los Estados Unidos incubado por la Nueva Economía puede explicarse por el agotamiento de la estrategia de la Administración Clinton encaminada a disfrazar las presiones recesivas estructurales del ciclo a través del expediente de “cebar” la burbuja bursátil. Esta respuesta, sin embargo, no es suficiente para comprender la complejidad de la crisis del capitalismo abstracto y cibernético y vislumbrar sus implicaciones. ¿Cuál es la causa íntima de los desastres financieros?

R. Garaudy anticipó una explicación del fenómeno en su ensayo aparecido en el libro colectivo El Nuevo Orden Mundial (l996), donde plantea la tesis según la cual nuestro tiempo describe una pugna entre el monoteísmo sórdido del mercado y los hombres que creen que la vida tiene un sentido. Más recientemente, el citado F. Clairmont ha ensayado una teoría similar. “La religión del mercado -dice- sigue siendo la libre circulación de capitales, pero se empieza a materializar un nuevo mensaje cada vez más concreto y peligroso: hay que hacerlo todo buscando ‘el mayor valor para el accionista’, por el crecimiento del valor de las acciones”. Traducido a lenguaje corriente, esto no significa otra cosa que, en la lógica de este tornasiglo del capitalismo y la modernidad, no son los balances de pérdidas y ganancias los que determinan el valor de los títulos. Actualmente, las cotizaciones bursátiles han llegado a establecerse a partir de estimaciones (especulaciones) sobre la situación futura de empresas reales o imaginarias. ¿Cuál es el talón de Aquiles moral de este Mundo Feliz?

Samir Amin ha visualizado a la pompa fiduciaria como a una patología equiparable al cáncer, enfermedad que -conforme se conoce- multiplica descontroladamente las células en un proceso que conduce a la muerte del paciente. ¿Cuál es el cáncer del capitalismo contemporáneo? Max Weber discurrió sobre la superioridad del capitalismo a partir de sus supuestos atributos éticos como la frugalidad, el ascetismo, el sosiego. Semejante capitalismo, si existió alguna vez, resulta evidente que no existe más. Actualmente, “la fría astucia rige las relaciones comerciales, e incluso se ha convertido en un comportamiento normal. El ceder de alguna manera ante un opositor o un competidor se considera un error imperdonable para la parte que tiene una ventaja en cuanto a posición, poder o riqueza”. (A. Solzhenitsyn, Fin de Siglo, l996). Las elites económicas y políticas mundiales -incluso sus congéneres del Sur- han abrazado frecuentemente sin saberlo el fundamentalismo de la modernidad cifrado en la sentencia de Bentham para quien “todo valor es un valor mercantil”.

El horizonte de ese apotegma utilitarista es temible y no únicamente por los efectos derivados de las tormentas financieras. Si las acciones humanas van a tener como brújula exclusiva el éxito económico, habrá que entender que todo está permitido. Seguramente este habrá sido el argumento exhibido por los sacerdotes de la “contabilidad creativa”, cuyos logros terminaron por poner al descubierto los pies de barro de la Nueva Economía.

En los días que corren, y luego de una débil y errática recuperación de la economía estadounidense sustentada en el keynesianismo de guerra -ocupación de Afganistán e Irak, Plan Colombia, etc.- y el fabricado “boom” inmobiliario tozudamente instrumentados por el gobierno de George W. Bush, la caída del Bear Stearns y las dificultades del CitiGroup -el banco más grande del mundo- preludian graves tempestades no solo para la potencia unipolar sino para el planeta entero.

La peste ya está aquí, ¿qué hacer cuando llega la peste?”, acotaría el poeta Homero.


René Báez, economista ecuatoriano, es catedrático universitario, Premio Nacional de Economía y miembro de la International Writers Association.


Friday, April 04, 2008

Italia y España en dificultades


Detrás del Telón/

El escepticismo de los italianos se expresará en la inminente elección del conductor del país. Se dice que puede pasar cualquier cosa. El centro-izquierda Walter Veltroni recorre pueblo por pueblo en tren de convencimiento. Pero el populista Silvio Berlusconi, portador de una mochila que carga demagogia, intereses oscuros y negociados, le lleva ventaja en los sondeos.

En declaraciones periodísticas, el escritor napolitano Maurizio Braucci dijo: "Estamos mal, peor que nunca, la decadencia moral es absoluta, vivimos en una falsificación permanente y no hacemos otra cosa que lamentarnos porque el mundo no se adapta a nosotros". En la votación puede haber alta abstención porque hay hartazgo de los ciclos políticos cortos y sin rumbo y se ha perdido la esperanza. Crece la inflación, los salarios están amesetados y las quejas van contra el envalentonamiento de las mafias, la burocracia y la falta de propuestas. Otro escritor, Massimo Carlotto sugiere: "Italia es una novela negra".

En España, después de las elecciones que posibilitaron que Rodriguez Zapatero continuara en su puesto, asoman pronósticos de crisis. No es similar a la italiana, que es una mezcla mal formada de política y economía. Algunos entendidos en Madrid y Barcelona sugieren que la crisis será más dura, golpeará con más fuerza que la de 1973, tras el embargo petrolero de la OPEP. Impera una crisis de confianza. El problema se origina en la "burbuja inmobiliaria". Pinchada por las crecientes deudas, las empresas inmobiliarias, paralizadas intentan renegociar con los bancos 16.000 millones de euros para cubrir los balances rojos. Ya hay siete importantes compañías del sector que cayeron en el concurso de acreedores. Y nadie duda que la cartera de morosidad engordará.

El temblor de los Estados Unidos está encontrando en España una realidad similar. Otro ítem que preocupa a Zapatero es el déficit exterior multimillonario de su país. Llega a 100.000 millones de euros. España está viviendo, entonces, por encima de lo que puede, efectivamente, sin mentirse. Eso tira hacia abajo los niveles de crecimiento. Paralelamente, los inversionistas extranjeros desoyen estos indicadores y han acrecentado el ingreso de capitales. Las inversión extranjera aporta a la península ibérica el 33 por ciento de su Producto Bruto Interno y el 7 por ciento del empleo. Pese a todo hay quienes aprovechan el atraso considerable del dólar frente al euro para ir de compras de todo tipo en los Estados Unidos, como se escribió en este blog en un comentario anterior. Quedan bolsones de clase media, no envueltas en hipotecas, que disponen de cierto efectivo para darse los gustos en vida. La pregunta es si la crisis respetará fronteras.

http://weblogs.clarin.com/detrasdeltelon/archives/2008/04/italia_y_espana_en_dificultades.html

Monday, March 31, 2008

Ya se hizo la prueba, la deuda del tercer mundo se puede cancelar



ieco | Los expertos calculan que las depreciaciones de activos de los bancos por las crisis de hipotecas de EE.UU. llegaron a US$ 200.000 millones y que la factura total superará el billón de dólares.

Por Por Damien Millet * | Le Monde, Especial para Clarin

Desde agosto de 2007, los bancos norteamericanos y europeos atraviesan una crisis grave, que puede llegar a extenderse al sistema económico neoliberal en su conjunto.

El monto actual de las depreciaciones de activos a las que tuvieron que proceder supera los 200.000 millones de dólares (127.400 millones de euros). Según los expertos más avezados, la factura superará el billón de dólares.

En Estados Unidos, 84 entidades de créditos hipotecarios quebraron o cerraron entre el 1 ° de enero y el 17 de agosto de 2007, contra 17 solamente en todo el año 2006.

En Alemania, el banco IKB y el instituto público SachsenLB fueron salvados por un pelo. Inglaterra tuvo que nacionalizar el banco Northern Rock en quiebra. El fondo Carlyle Capital Corporation, allegado al clan Bush, acaba de fundirse: sus deudas representaban 32 veces sus fondos propios.

En cuanto al prestigioso banco estadounidense Bear Stearns, tuvo que pedir ayuda a la Reserva federal de Estados Unidos para obtener una financiación de emergencia: será comprado por el JP Morgan Chase por una bicoca.

Así, varios segmentos del mercado de la deuda están desmoronándose y arrastran en sus tribulaciones a los poderosos bancos y fondos de inversión (hedge funds) que los habían creado. El rescate de esas instituciones financieras privadas es realizado gracias a la intervención masiva de los poderes públicos.

Surge, pues, una pregunta: ¿por qué los bancos, que hoy no vacilan en cancelar deudas dudosas por decenas de miles de millones de dólares, siempre se han negado a anular los pasivos de los países en desarrollo? Están demostrando que es posible y absolutamente necesario.

Recordemos que las deudas actuales reclamadas por los bancos a esos países fueron originadas por dictaduras criminales, regímenes corruptos, dirigentes fieles a las grandes potencias.

Los grandes bancos prestaron sin hacer cálculos a regímenes tan poco recomendables como el de Mobutu en Zaire, Suharto en Indonesia, a las dictaduras latinoamericanas de los años 1970-1980 sin olvidar el régimen de apartheid en Sudáfrica.

¿Cómo pueden seguir infligiendo el yugo de la deuda a pueblos que han sufrido regímenes dictatoriales que ellos mismos financiaron? En el plano jurídico, numerosas deudas odiosas figuran en sus libros contables y no han sido reembolsadas. Pero los bancos continúan exigiendo sus pagos.

Recordemos asimismo que la crisis de la deuda del tercer mundo fue provocada en 1982 por la suba brutal y unilateral de las tasas de interés decidida por la Fed.

Antes, los bancos privados habían prestado a diestra y siniestra a tasas variables a países ya hiper-endeudados, en definitiva incapaces de hacer frente a sus obligaciones. La historia se repite, pero esta vez en el Norte, y de una manera específica: los hogares sobre-endeudados de Estados Unidos no pueden pagar sus préstamos hipotecarios a tasa variable ya que la burbuja del sector inmobiliario estalló.

Las cancelaciones de deuda que los bancos realizan dan la razón a todos los que reivindicamos una cancelación de la deuda de los países en desarrollo: esta deuda pública del tercer mundo con los bancos internacionales alcanzaba 181.900 millones de dólares en 2006, o sea una suma inferior a lo que acaba de cancelarse en unos pocos meses...

Los grandes bancos privados cometieron una triple falta: construyeron andamiajes desastrosos de deuda privada que desembocaron en la catástrofe actual. Prestaron a dictaduras y obligaron a los gobiernos democráticos que las sucedieron a devolver hasta el último centavo de esa deuda odiosa; se niegan a abolir la deuda del tercer mundo, aunque su reembolso implique un deterioro de las condiciones de vida de las poblaciones.

Debemos exigir, por lo tanto, que rindan cuentas. Los gobiernos de los países del Sur deben realizar auditorías de su deuda, como lo está haciendo actualmente Ecuador y repudiar todos sus pasivos odiosos e ilegítimos. Los banqueros les demuestran que es posible. Será el primer paso para devolver a las finanzas el papel que les corresponde, el de herramienta al servicio del ser humano. De todos los seres humanos.

Traducción de Cristina Sardoy


*Vocero del Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo y Eric Toussaint (presidente del CADTM, Bélgica)

http://www.ieco.clarin.com/notas/2008/03/31/01638664.html

Monday, March 24, 2008

El "salvataje bancario" genera peligro de inflación y podría tumbar al dólar




IAR Noticias/ Según Reuters, cada vez hay más pedidos para que el Gobierno, ya sea directamente o a través de la Reserva Federal estadounidense, ataque a la raíz del problema de la crisis financiera, a través de compras de hipotecas cuyo financiamiento resulta cada vez más difícil para los bancos.

Si los Estados Unidos comprara deuda hipotecaria a su valor nominal, o muy cerca de ese nivel, a pesar del hecho de que gran parte de ella se negocia bastante debajo de eso en el mercado, permitiría que los bancos devuelvan los préstamos usados para financiar esas inversiones, señala Reuters.

Si el tamaño de la operación fuera suficiente, por u$s800.000 millones o 1 billón de dólares, aliviaría una terrible presión sobre las hojas de balance de los bancos y permitiría que otros mercados de crédito, como aquellos para los préstamos corporativos, regresen a algún equilibrio.
Eso a su vez haría más efectiva la política monetaria de la FED, en el sentido de que los bancos serían capaces de incrementar el crédito y trasladar las reducciones de tasas de interés.

Por supuesto -señala Reuters- todo esto implicaría tomar medidas radicales, que excederían por lejos la política ya extraordinaria de la Fed de canjear hipotecas en poder de los bancos y de algunos bancos de inversión, a cambio de bonos del Tesoro, más fáciles de financiar.

También es un enorme riesgo -señala laagencia de noticias- en términos de la obligación que tiene la Reserva Federal , de mantener la estabilidad de precios.

Dejando de lado el tema del "riesgo moral", y dependiendo también de cómo se haga tal rescate, podría llevar la inflación a niveles intolerables para los acreedores extranjeros.

Esto podría provocar una caída aún mayor del dólar, mientras los acreedores internacionales busquen seguridad en otros activos, puntualiza Reuters.

Semejante rescate tendría que ser pagado con los impuestos, lo que parece improbable, o involucraría emitir más deuda del Gobierno o expandir efectivamente la oferta monetaria.

"Habría un impacto inflacionario debido a la enorme introducción de crédito", dijo a Reuters Philip Gisdakis, estratega financiero de Unicredit en Munich.

"No son u$s50.000 millones, estamos hablando de algo como 1 billón de dólares. Esa inyección de capital que se necesita tendrá consecuencias para la economía de los Estados Unidos", agregó.

Un rescate de ese tamaño muy probablemente alimente la inflación, que ya está incómodamente alta, creando más dólares y poniéndolos en circulación. "Si es demasiado grande, tendrá que haber un elemento de monetización, con financiamiento de la Fed", dijo Tim Drayson, economista de ABN AMRO en Londres.

Además -señala Reuters- habría serias dificultades para alcanzar un acuerdo en un año electoral. El Tesoro estadounidense dijo el último miércoles que las propuestas que había visto causarían más perjuicios que ventajas.

En parte, es por eso que el permiso que obtuvieron Fannie Mae y Freddie Mac para asumir más riesgos y comprar más hipotecas representó un cambio tan asombroso.

Pero si bien la deuda de estas firmas tiene una garantía implícita del Gobierno, son sociedades participadas por accionistas. Sin embargo, los nuevos préstamos por u$s200.000 millones permitidos para Fannie y Freddie por su regulador podrían no ser suficientes.

Si eventualmente, la inflación y la caída del dólar se aceleran el uno al otro de una manera viciosa, el respaldo externo podría reducirse fuertemente. "Si (los acreedores externos) deciden que no van a aceptar las políticas inflacionarias de la Fed, se podría ver un colapso bastante desordenado", dijo el experto Drayson citado por Reuters.

"Si estamos hablando de (un rescate de) un billón de dólares o más, será bastante difícil evitar la inflación como consecuencia de eso", agregó.

Por supuesto, también podría haber consecuencias derivadas del camino alternativo, que podría conducir a una serie de quiebras entre las instituciones financieras. En ambos casos, las apuestas son elevadas, concluye Reuters.

Publicado en
http://www.iarnoticias.com/2008/secciones/norteamerica/0083_salvataje_inflacion_23mar08.html
Accedo vía
http://senalesdelostiempos.blogspot.com/2008/03/el-salvataje-bancario-genera-peligro-de.html

Thursday, March 20, 2008

Sin lugar para los débiles



Fabián Harari

Laboratorio de Análisis Político - CEICS

Aquel no es un país para viejos”, supo decir William Butler Yeats
sobre lo que él llamaba Bizancio, y que, en realidad, era Turquía.
Ocho décadas más tarde, un escritor norteamericano usaría esa misma
frase como título de su novela, pero para referirse a su propio
país. Ese libro se convirtió en un film que retrata un estado de conciencia
nacional. La película presenta la derrota inexorable de dos
perdedores en una sociedad dominada por la violencia. Los personajes
son dos veteranos de guerra: un obrero que no puede salir de
pobre y un policía viejo que no le encuentra sentido a su trabajo.
Este país tiene metido al demonio adentro”, suele quejarse el ofi-
cial. El Oscar, no obstante, fue para el personaje de Javier Bardem,
como Anton Chighur, un asesino perfecto, dueño de una eficiencia
destructiva jamás vista. El premio despertó cierta polémica, porque
se otorgó como mejor actor de reparto. La justificación fue que el
papel central es el nostálgico policía que nos relata sus lamentos.
En realidad, el verdadero protagonista es Chighur. Es el motor de
los hechos. Por donde pasa hay muerte, desolación y discordia. No
tiene ningún sentimiento y sólo persigue un objetivo: recuperar el
dinero. Él es la personificación de las causas de la decadencia norteamericana.
La novela/película le ha puesto un cuerpo a aquello que
no sabe nombrar. Ese “demonio”, Chighur, es, en realidad, la crisis
capitalista, el torbellino sin alma que todo lo devora…

Es la política, estúpida…
Es que el corazón del sistema capitalista atraviesa una crisis económica
sumamente aguda, con pronóstico reservado. A la degradación
de las condiciones de vida se agrega un fracaso militar. La
selección de candidatos a la presidencia (las primarias) está determinado
por estos procesos. Se tuvo que apelar a personajes ajenos
al núcleo político y que expresaran a sectores oprimidos. Hillary
es mujer, Obama es negro y John McCain siempre fue un crítico
de Bush. El candidato de la Casa Blanca, Mitt Romney, no llegó
con chances ni siquiera al Supermartes. Es que George W. ha batido
una marca: es el presidente que alcanzó la peor popularidad
en la historia de su país. Esto no es más que una parte del problema.
La otra es que la debacle ha generado un rechazo al personal
político como principal elemento determinante. Así, el programa
más conservador de un “nuevo” político como Obama triunfa sobre
el reformismo de la “experimentada” Hillary, que es Clinton.
Como vemos, la crisis es económica, política y moral. La ex primera
dama planificó una campaña centrada en la economía, tal
como había hecho su marido en los ’90. Leyó mal: el núcleo de las
preocupaciones está en otro lado.
Tanto Hillary como Obama proponen una serie de medidas para
salir de la crisis. Ambas contemplan la intervención del estado, la
primera con un sentido “progresista” y el segundo con cierta semejanza
a lo que se está haciendo. Sin embargo, ninguna tiene perspectivas
de funcionar. Un economista negro, Thomas Sowell, escribió
en términos políticamente incorrectos, pero acertados desde el punto
de vista capitalista: ninguna rebaja de tasas, ni estímulo al consumo,
ni barrera proteccionista traerá la solución, porque el problema
es la disparidad entre el alto nivel salarial de los trabajadores estadounidenses
en relación a su insuficiente productividad. Se necesitarían
medidas más duras. ¿Es que el estado, entonces, no tiene nada
que hacer nada frente a la crisis? Muy lejos de eso. La economía no
puede, por sí sola, salir del atolladero. Necesita un mayor grado de
explotación y la destrucción de fuerzas productivas. El estado, por
lo tanto, tiene un rol fundamental, pero no económico, sino político.
Su tarea es, justamente, permitir las condiciones para un relanzamiento
de la economía. Es decir, aplastar cualquier resistencia a
una mayor explotación, destruir a otros burgueses y liquidar, si es
necesario, a una parte de la clase obrera. En concreto: la represión,
la destrucción, la guerra.
La relación de proporcionalidad directa entre la profundidad de la
crisis y la magnitud de la guerra no es patrimonio del marxismo.
Hace poco, un lúcido intelectual burgués criollo, Natalio Botana,
supo advertirla. Trazaba un paralelo entre esta crisis y la de 1930,
que desembocó en la II Guerra Mundial y en el restablecimiento
de una nueva hegemonía. Sin embargo, su propuesta es que, esta
vez, el cambio de época y de hegemonía, de efectuarse, debería hacerse
en forma pacífica y planificada. Aquí, es donde su conciencia
retrasa con respecto al film de los hermanos Cohen: estos conflictos
se resuelven, con perdón de la expresión, a los garrotazos. En ese
sentido, la traducción castellana del título, Sin lugar para los débiles,
parece cuadrar mejor con la coyuntura. En el marco de relaciones
capitalistas, las nuevas andanzas de Anton Chighur, esta vez más
reales, serán inevitables.

La madre de todas las batallas
En Argentina, no se ha dejado de repetir que nuestra economía
se encuentra “desacoplada” de la mundial. Ya hemos explicado en
nuestras páginas a qué se debe la peculiar situación de la economía
argentina. Hace poco, un economista definió a la soja como el
“Messi” de un equipo que no necesariamente juega bien. En estas
condiciones, y tal como lo admite en este número González Fraga,
una baja en los precios de los commodities puede desembocar en
una crisis aguda.
En coyunturas de paréntesis entre un estallido y otro, las tareas de
una clase son la preparación en el seno de sus propias filas y aprovechar
los momentos adecuados para tomar alguna posición del enemigo.
Los elementos burgueses parecen haber comprendido el sentido
de la cuestión. Por eso, luego de haber logrado “congelar” un
proceso adverso y estabilizar un gobierno, se prepara para salir del
tibio bonapartismo.
El “café literario” del ex/actual presidente busca la reconstrucción
de los partidos políticos burgueses. Néstor se dispone a encauzar la
cuestión con la refundación del PJ. El “nuevo” partido se constituirá
con la yuxtaposición de las diferentes ruinas del “viejo” y la vuelta de
todos aquellos que se fueron. Han entrado en el armado Lavagna,
ex menemistas como Juan Carlos Romero, sumado a Reutemman,
Obeid y siguen las firmas. Ya han votado la “amnistía” para todo
aquel que fue en otras listas. Moyano y su grupo de la CGT volverán
a pisar una unidad básica luego de 15 años. Volverán con la
promesa de una vicepresidencia y de ocho consejeros. En el 2003, la
CGT tenía 24 de estos últimos. En agradecimiento, Moyano pactó
el 19,5% de aumento como techo y va a reeditar la Marcha Federal,
sólo que, esta vez, en apoyo a Cristina. Todo un desafío: veremos si
puede demostrar disciplina en sus tropas o asistiremos otra vez al escándalo
de la descomposición de la dirigencia sindical.
El hecho es que se está intentando construir una organización política
que pueda poner disciplina en el personal político, que determine
candidaturas, gabinetes, programas y sea un espacio para dirimir
conflictos. Es decir, se quiere rearmar el Partido del Orden. Sin embargo,
han quedado afuera grupos significativos. En primer lugar,
la “izquierda” kirchnerista, como Patria Libre o los MTD. Junto a
ellos, Chacho Álvarez, Nilda Garré, Ibarra, Sabatella y Eduardo Luis
Duhalde. En segundo lugar, los “gordos”: Barrionuevo y compañía.
No hay que olvidarse que aún representan una fuerza de peso.
En efecto, si Kirchner avanza en las tareas de reconstitución por
la vía organizativa, Macri y Scioli lo hacen mediante la demarcación
de los avances sobre las masas. Ambos parecen marcar el camino
de lo que se debiera tener por delante un político burgués.
Macri comenzó su gestión con fuertes despidos, aumentos del
ABL, intervención en una obra social y dos desalojos. Mientras
Kirchner solía adjudicar responsabilidades a la justicia, Macri
supo actuar sin orden judicial. Acordó con Aníbal Fernández el
uso de la policía y se movió sin ningún prurito. Es más, entre los
presos, se llevaron a un dirigente barrial de Belgrano en medio
de las cámaras mientras hacía declaraciones. A pesar de todo, su
puesto no estuvo jaqueado, ni sufrió ningún cacerolazo exigiendo
su renuncia. Ese fue su mensaje.
Scioli también apostó fuerte: anunció 23.000 despidos y el regreso
de la “mano dura” y los “sin gorras”. Su medida más ambiciosa
es la desarticulación de la red de “manzaneras” mediante el uso
de la tarjeta magnética, manejada desde la gobernación. También
afectará a los grupos K. Lo grave es que esta medida ataca, además,
a las organizaciones políticas que reparten planes sociales que
consiguieron con su lucha y que les permite sostener su estructura
militante. Igual que su par en la ciudad, el ex motonauta pretende
primerear al gobierno.
¿Cuál de estas dos vertientes está constituyendo el Partido del Orden?
De no mediar una crisis en el corto o mediano plazo, tal vez la
primera. Si la crisis concentra el rechazo en las figuras patagónicas,
entonces estos otros dos personajes tal vez intenten su propia carrera.
Lo cierto, lo más importante, es que tomemos las lecciones del
caso: preparar nuestras filas. La acción sindical, cotidiana, sobre la
clase obrera ha demostrado enormes progresos. Hay que sumarle
la preparación política, la discusión, la formación de dirigentes, la
paulatina construcción del partido del caos. Porque mañana es hoy.
Después, tendremos que salir con lo poco o lo mucho que se haya
hecho. Se acercan momentos de decisión y, cuando llegue, no habrá
lugar para los confundidos, para los vacilantes y, si sabemos pelear,
tampoco para lo viejo.

http://www.razonyrevolucion.org/HTML/elaromo.htm
http://www.razonyrevolucion.org/textos/elaromo/editorial41.pdf

Sunday, February 24, 2008

Una mirada hacia atrás con ira: antecedentes de la actual crisis financiera

Michael R. Krätke
Rebelión

La actual crisis financiera tiene sus precedentes: el malestar del sistema monetario europeo en 1992/93, el shock mexicano de 1995/96 o el crac de hace una década en los Estados tigres del sudeste asiático. Crisis financieras y monetarias con ramificaciones globales. Quien se tome la molestia de analizar las causas y los efectos de ellas, descubrirá paralelos con los desjarretados mercados financieros de nuestros días.

A mediados de los 90, países del sureste asiático como Tailandia, Malasia, Indonesia o Singapur experimentaron, a diferencia de una economía japonés en estado de tisis, un boom sin precedentes históricos. El volumen de crédito de esos "tigres asiáticos" creció parcialmente entre ocho y diez veces más rápido que su PIB. Una parte en continua expansión de esos créditos fue a parar a la compra de acciones y de propiedades inmobiliarias. No se escatimaron medios –elevadísimos tipos de interés y no menos elevados cursos cambiarios— para atraer capital extranjero.

Afluyó éste en masa, ciertamente, pero no en forma de inversiones directas duraderas, sino en depósitos monetarios a corto plazo, retirables en cualquier momento. Los precios disparados de las acciones y de las propiedades inmobiliarias siguieron calentando el boom crediticio, y los bancos de los países del sureste asiático se endeudaron masivamente con préstamos en dólares y yenes de corta duración, financiando así –en la creencia de que el boom de las acciones y del sector inmobiliario se mantendría— créditos a largo plazo en moneda local. Hasta mediados de 1997, cerca de 390 mil millones de dólares, procedentes sobre todo de bancos japoneses y europeos, fluyeron hacia el sureste asiático. (Los bancos alemanes, también bancos regionales como el WestLB, en cabeza.)

Cuanto más se mantenía el boom, tanto más lábil se tornaba el conjunto. Al final, los Bancos Centrales de los países asiáticos disponían sólo de muy menguadas reservas de divisas extranjeras. Demasiado menguadas, para poder restituir los créditos extranjeros en caso de crisis. Una situación ideal para los especuladores en divisas, que, a diferencia de los Bancos Centrales de los tigres asiáticos, no confiaban en el acoplamiento al dólar de las monedas del sueste asiático.

Primero entró en crisis Tailandia, en marzo de 1997. Los primeros signos de una sobreproducción en las industrias exportadoras del sureste asiático (computadoras y chips para computadoras) eran ya inconfundibles, de modo que cayeron los ingresos exportadores. En esa situación, los especuladores internacionales pasaron al ataque. El 2 de julio de 1997, el baht tailandés se desenganchó del dólar, punto culminante de una serie de intentos inútiles por parte del gobierno de Bangkok para defender la cotización de su moneda frente a los ataques especulativos.

En un abrir y cerrar de ojos, la moneda tailandesa perdió un 20%, lo que desencadenó de inmediato el pánico y consiguiente huida de capitales.

Los créditos a corto plazo concedidos por bancos extranjeros se devolvieron en masa. En menos de seis meses refluyeron más de 100 mil millones de dólares. Simultáneamente, a causa de la devaluación del baht, la deuda exterior de las empresas y los bancos tailandeses se disparó. Ya no podían pagar las obligaciones contraídas en moneda extranjera, y quebraron en serie. Cuando el Banco Nacional tailandés trató de esquivar el colapso con créditos de apoyo, era ya demasiado tarde. Tuvo que pedir ayuda al FMI.

De Tailandia, el virus pasó en agosto de 1997 a Malasia, Singapur, Indonesia y las Filipinas. En los cinco países más afectados, los valores bursátiles se desplomaron en unos pocos días, perdiendo más de un 60%. En el cambio de año 1997/98, 600 mil millones de dólares en capital accionarial habían sido aniquilados. También Taiwán, Corea del Sur y Hongkong, hasta entonces a salvo de ataques especulativos, cayeron en el lodo. Apenas podía sorprender que la caída de los cursos asiáticos llevara a un bajón a escala planetaria. Pero, mientras que el comercio de acciones se recuperó rápidamente en Europa y en América del Norte, Asia se vio duraderamente afectada. Ni Corea del Sur ni el resto de tigres asiáticos lograron evitar ya una grave recesión, porque la burbuja especulativa había estallado, provocando quiebras empresariales y desempleo. El crac significó para los países afectados la expropiación de millones de personas que habían participado en el proceso con medios modestos y que terminaron por perderlo todo.

Tres Estados –Tailandia, Corea del Sur e Indonesia— recibieron la parte del león de las ayudas financieras aportadas por el FMI en concierto con otros proveedores de dinero. Evidentemente, bajo las más severas condiciones. El FMI ordenó tipos elevados de interés, impuestos altos, recortes masivos en el gasto público y ulteriores devaluaciones monetarias. Dadas las circunstancias, la receta no podía sino ser contraproducente. Sin esa cura de caballo, muchos bancos y empresas de los países del sureste asiático habrían podido superar la crisis.

Pero de este modo millones perdieron su empleo, la población se pauperizó, señaladamente las capas medias. Todavía hoy sigue vivo el recuerdo de mujeres de buena sociedad poniendo en almoneda joyas, vestidos y bolsos para contribuir a la supervivencia de sus familias. Sólo Malasia, a pesar graves pérdidas, pudo salir con relativo bien de la crisis, porque rechazó la ayuda y las recetas del FMI. En cambio, en Indonesia el PBI se encogió un 13,7%, en Tailandia un 8% y en Corea del Sur un 5,5%. El sureste asiático perdió masivamente inversiones extranjeras, que se desviaron hacia China y la India.

Del shock de la crisis accionarial no se han recuperado plenamente todavía los tigres asiáticos. El auge de China y de la India se aceleró, así, visiblemente, y la posición de Japón como potencia regional hegemónica se ha visto duraderamente sacudida. El boom de los "mercados emergentes" pasó. Y los inversores europeos y norteamericanos se lanzaron de cabeza a la nueva bonanza: la carrera planetaria en pos de los valores de Internet y tecnológicos entró en 1998/99, en plena resaca de la crisis asiática, en su fase más caliente, que terminaría un poco después al estallar la burbuja especulativa de la New Economy.

¿Hay paralelos con la situación presente? También entonces jugaron unas propiedades inmobiliarias sobrevaloradas un papel capital; también entonces concedieron los bancos créditos por doquier, sin preocuparse demasiado por su calidad. También entonces jugaron los fondos hedge un gran papel, aunque el papel de los derivados financieros no fuera muy destacado. Desde la crisis asiática sabemos que los mercados financieros son cualquier cosa menos "eficientes". Al contrario: el radical desmantelamiento de todos los controles del movimiento de capitales, emprendido también con celo por los países en el umbral del desarrollo, los torna más vulnerables que nunca a los movimientos especulativos de capitales a corto plazo. Desde entonces sabemos de los riesgos que corren las estrategias de desarrollo puramente orientadas a la exportación y sometidas a los créditos del exterior.

Desde 1997/98 resulta, además, claro que la óptica político-financiera convencional encarna en el FMI daña más que ayuda. Para los países de la OCDE, el FMI ha perdido cualquier relevancia. También las economías asiáticas y latinoamericanas –inveteradamente caracterizadas por su obligaciones con el FMI— se ha independizado. Ya en 1998, Singapur, Hongkong y Taiwán, gracias a una acumulación masiva de reservas de divisas, estaban en situación, cuando menos, de defender el curso cambiario de sus monedas. Diez años después, China, que se ha beneficiado de la crisis asiática como nación exportadora y atractora de capitales, dispone de la mayor reserva de divisas del mundo, cosa que, huelga decirlo, no está exenta de riesgos con un dólar en proceso de debilitación. Que los países asiáticos en el umbral del desarrollo se hayan esforzado en desacoplarse de la moneda estadounidense, es una consecuencia del shock de 1997/98.

A nadie se le ocurre en la presente crisis pedir auxilio al FMI o al Banco Mundial, pues ambos están plenamente ocupados consigo mismos (vale decir: con sus propias miserias financieras). Y esa es una consecuencia tardía de la crisis asiática, así como de las lecciones que de ella sacaron los Estados afectados.

De la crisis asiática a la crisis financiera en EEUU

Wall Street en la resaca

28 octubre 1997. – los cursos se desploman en las bolsas asiáticas. Cae Wall Street en la resaca del crac, y tiene que encajar una pérdida del 13%. El DAX alem´án registra ese día una caída del 8%.

Bancarrotas en Rusia
21 agosto 1998. – en Rusia se declaran insolventes varios bancos, y el DAX registra en 24 horas una caída del 5,4%.

Terror y pánico
11/12 septiembre 2001. – tras los ataques a Nueva York y Washington, el pánico se apodera de los mercados financieros mundiales, porque Wall Street suspende por completo sus sesiones. Eso le cuesta al DAX alemán un 8,5%. En el conjunto del planeta, los cursos ceden más de un 11%.

Respuesta militar
14/15 septiembre 2001. – puesto que EEUU pone vigoroso énfasis en una respuesta militar al 11 de septiembre, las bolsas entran otra vez en tremolina. El DAX alemán cede otro 6%.

La guerra de Irak aniquila los valores bursátiles
24/ 25 marzo 2003.- la incipiente invasión de Irak por EEUU comienza afectando gravemente a los mercados financieros. Hay ventas de acciones dicatadas por el pánico. El DAX alemán cae cerca de un 6,1%.

Lunes negro
21 enero 2008. – la crisis del mercado hipotecario en EEUU, que estalló en julio de 2007, ha terminado por infectar al mercadeo financiero mundial. Estimuladas por una recesión norteamericana en ciernes, se desploman las bolsas por doquier (el DAX alemán, en un 7,2%).

Michael Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, estudió economía y ciencia política en Berlín y en París. Actualmente es profesor de ciencia política y de economía en varias universidades alemanas y en el extranjero, desde 1981 principalmente en Amsterdam. Coeditor de la revista alemana SPW (Revista de política socialista y economía) y de la nueva edición crítica de las Obras Completas de Marx y Engels (Marx-Engels Gesamtausgabe, nueva MEGA). Investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social en Amsterdam. Autor de numerosos libros sobre economía política internacional.


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63688

Friday, February 15, 2008

Crisis inmobiliaria y recesión económica

Luis Paulino Vargas Solís
Argenpress

Se habla en estos días de una posible -casi confirmada- recesión económica en Estados Unidos, así como de las agresivas, incluso rocambolescas, medidas fiscales y monetarias que, ante esa situación, son adoptadas por las autoridades de ese país. Vale la pena intentar, aunque sea brevemente, una caracterización de conjunto de la situación que se plantea. Eso sí con la advertencia de que este es un asunto de tal complejidad que difícilmente ningún análisis podría evitar dejar por fuera algún o algunos aspectos importantes.

1. La economía estadounidense frente al resto del mundo

La economía de los Estados Unidos es gigantesca: medida en términos monetarios, suma aproximadamente 14 billones de dólares (14 millones de millones de dólares) cosa que, a su vez, equivale a cerca de una cuarta parte (25%) del total de la economía mundial. Este dato lleva a una muy razonable y casi obvia conclusión: dado el enorme peso de su economía, una recesión en Estados Unidos probablemente tendrá efectos importantes para el resto del mundo, incluso economías que, como la de China, han venido mostrando gran dinamismo.
Baste decir que en 2007 el superávit comercial de los chinos en su intercambio con Estados Unidos, alcanzó la impresionante cifra de U$S 163 mil millones. (1) La economía japonesa -que de por sí anda muy tambaleante- también se vería perjudicada seriamente, según se desprende del hecho de que su superávit comercial con Estados Unidos es cercano a los U$S 90 mil millones. (2) Incluso la Unión Europea -no obstante la fortaleza del euro frente al dólar- maneja notables superávits comerciales con Estados Unidos, situados en alrededor de U$S 100 mil millones anuales (U$S 112 mil millones en 2006, según datos de la Organización Mundial de Comercio, OMC). Planteado de otra forma: según datos de la OMC, en 2006 el 21% de las exportaciones chinas, el 24% de las de la Unión Europea de los 25 y el 23% de las de Japón, tiene por destino Estados Unidos. En total, Estados Unidos representa el 15,5% de las importaciones de mercancías a nivel mundial (dato de 2006).Estos números simplemente ratifican una cosa: Estados Unidos es una especie de inmensa trituradora que absorbe importaciones masivas provenientes de las otras potencias económicas y, en general, del mundo entero. Por lo tanto, y asimismo, actúan como un importante factor dinamizador o, como habitualmente se dice, hace el papel de locomotora que jala al resto de la economía mundial. A la inversa, una desaceleración significativa de la economía estadounidense -y con más razón una recesión abierta- constituiría una mala noticia para las exportaciones chinas, japonesas y europeas como, en general, para las de muchos otros países, incluida Costa Rica.Por otra parte, la posibilidad (que optimistamente algunos evocan) de que China -con su acelerado ritmo de crecimiento económico- tome el relevo y se coloque como la locomotora mundial, no se ve demasiado prometedora, principalmente por dos razones. Primero, porque China misma sería impactada por la posible recesión estadounidense y, segundo, porque el peso de China en el comercio mundial aún es muy inferior al de Estados Unidos. Baste decir que las importaciones chinas representan un 6,4% de las importaciones mundiales (muy lejos del 15,5% que corresponde a Estados Unidos) (datos a 2006).

2. Una economía gravemente desequilibrada

Aunque es una economía tan grande y poderosa, sin embargo Estados Unidos es, al mismo tiempo, una economía altamente desequilibrada y, cosa notable, sus principales desequilibrios se ubican en sus relaciones externas: por un lado la balanza de pagos y, a la par, el abismal endeudamiento con el resto del mundo. A los dos anteriores, debe agregarse el déficit fiscal del gobierno federal. Repasemos brevemente cada uno de estos tres elementos.a) La cuenta corriente de la balanza de pago. Esta cuenta registra los intercambios entre un país y el resto del mundo, tanto de bienes (mercancías materiales) como de servicios (intangibles). En el caso de los Estados Unidos la cuenta corriente presenta un déficit que resulta típico de un país subdesarrollado, no de una potencia económica. En el último lustro, la cuantía anual de este déficit ha superado el 6% como porcentaje del PIB. (3) En 2007 disminuyó su peso relativo gracias al debilitamiento del dólar frente al euro y otras divisas importantes, cosa que ha favorecido las exportaciones estadounidenses y encarecido sus importaciones. Aún así, ese déficit en 2007 alcanzó una cifra superior a los U$S 750 mil millones, es decir, alrededor (o poco más) del 5,5% del PIB estadounidense.b) El endeudamiento. Si bien este endeudamiento constituye un problema viejo, en todo caso ha aumentando aceleradamente durante los años del desastroso gobierno de Bush, en el transcurso del cual creció alrededor de un 50%. A finales de 2007 superó los nueve billones de dólares (nueve millones de millones de dólares) (4), lo que representa aproximadamente un 65% del PIB de ese país.c) Déficit fiscal del gobierno federal. Recordemos que durante la segunda administración de Clinton se logró revertir el déficit fiscal heredado de los gobiernos republicanos que lo antecedieron (Reagan y Bush padre). Al finalizar el gobierno de Clinton el superávit fiscal era cercano al 2,5% como proporción del PIB. Bush hijo -cuyo legado es funesto, cualquiera sea el lado por el que se lo mire- revirtió esta situación en muy poco tiempo al punto que hacia el 2004 el déficit anduvo en los alrededores del -3,5% del PIB. Para 2007 la cifra respectiva se sitúa en poco más de -1% pero las medidas fiscales que actualmente se intentan aplicar a fin de enfrentar la posible recesión de la economía, lo elevarían en 2008 por encima del -2%. (5)

3. Vivir por encima de sus posibilidades

El cuadro actual de la economía estadounidense se sintetiza, pues, en lo siguiente: endeudamiento galopante, enorme déficit de cuenta corriente y persistente déficit fiscal. Pareciera el síndrome típico de algún país periférico y subdesarrollado. Pero, sin embargo, se trata de la primera potencia económica mundial y, con mucho, la economía nacional más grande (incluso más grande que la Unión Europea).Justo ahí reside el grave problema, ya que Estados Unidos ofrece una combinación que podrían resultar explosiva: un inmenso peso económico y un síndrome de abismales desequilibrios. Y, cosa notable, estos desequilibrios en realidad quedan gráficamente sintetizados en un solo dato: el ahorro estadounidense es nulo, incluso negativo. Siendo una potencia económica tan importante, es, sin embargo, un país que vive por encima de sus posibilidades, chupando permanentemente del ahorro del resto del mundo a fin de sostener su gasto excesivo.Esto último es algo que los sectores más lúcidos y críticos de la sociedad estadounidense empiezan a admitir en voz alta. Es el caso del prestigioso economista Paul Krugman en un artículo reciente para The New York Times (6), en el cual Krugman también admitía -si bien recurriendo a fórmulas más bien eufemísticas- que lo que ponía a salvo a Estados Unidos de verse arrastrado en una crisis similar a la que, por ejemplo, golpeó a Argentina a inicios del actual decenio, es que la deuda estadounidense ha sido tomada y está expresada en la propia moneda de ese país: el dólar. Tremenda alquimia, pues: como el dólar es, a un mismo tiempo, moneda nacional estadounidense y divisa de aceptación universal, los gringos parecen haber creído que ello les daba autorización para endeudarse al infinito. Tan fácil como seguir emitiendo dólares y bombeándoselos al resto del mundo.No por casualidad se dice que China y Japón acumulan, en forma combinada, reservas en dólares por algo así como la colosal cifra de U$S 1,7 billones, (7) las cuales son en buena parte resultado de los tremendos superávits comerciales que esos países acumulan en su intercambio con Estados Unidos. Pero el superávit chino y japonés implica, como hemos comentado, déficit para los estadounidenses. Y tales faltantes deben financiarse, cosa que se hace principalmente de una forma: mediante los flujos de capital hacia Estados Unidos, los cuales asciendan a cifras de entre U$S 65 a 70 mil millones mensuales.

4. El dólar en la cuerda floja

Históricamente se ha supuesto que el dólar es sólido en vista de que se percibe -correcta o erróneamente- que la economía estadounidense es igualmente sólida y, a la vez, que su poder político-militar es contundente. Lo primero es algo que resulta cada vez más cuestionado, pero la verdad es que incluso lo segundo muestra algunas resquebrajaduras, en vista de los fracasos militares en Irak y Afganistán, el evidente fiasco de la guerra contra el terrorismo y, en general, el desprestigio creciente y la declinante influencia ideológica de los Estados Unidos.Estas cosas proyectan sombras sobre la solidez del dólar y, en consecuencia, sobre la peregrina pretensión estadounidense de seguir consumiendo por encima de sus posibilidades mientras se endeudan al infinito. Si el dólar deja de ser confiable -todo parece indicar que está dejando de serlo- ya no será aceptable para el pago de deudas y, la verdad, los países tampoco querrán tener grandes reservas en esa moneda. Incluso se procurará que porciones crecientes del comercio mundial se realicen en otra u otras monedas, tal cual, por ejemplo, lo han planteado algunos países petroleros en relación con esta mercancía energética.La desconfianza en el dólar hará que éste tienda a debilitarse frente a otras monedas importantes y, eventualmente, ello podría conducir a una severa reducción de su valor. A su vez esto tendría diversas implicaciones. Una de estas, en particular, sintetiza todas las demás: ello obligaría a la economía estadounidense a frenar su espiral de endeudamiento y a comprimir el gasto a sus reales posibilidades.Simple: un derrumbe del dólar implicaría un empobrecimiento generalizado de la sociedad estadounidense relativamente a sus estándares actuales. Se verán obligados a producir más y financiar por su propia cuenta el consumo de sus familias y la inversión de sus empresas, así como sus brutales gastos militares (los cuales ascienden a la espeluznante cifra de unos U$S 623 miles de millones en 2004, aproximadamente el 56% del total del presupuesto militar mundial). (8)

5. ¿Ocurrirá el derrumbe?

¿Quién puede saberlo? Así planteadas las cosas se entra en un terreno especulativo e incierto el cual prefiero dejar en manos de brujos y pitonisas. Simplemente me parece que es imposible conocer suficiente acerca de la complejísima realidad subyacente -es decir, del entramado de las tendencias y contratendencias que influyen en estos procesos- como para afirmar nada en un sentido o el otro.Sin embargo, algunos datos muy significativos van quedando relativamente claros. Los enumero brevemente:a) La burbuja inmobiliaria del período 2002-2006 es tan solo la manifestación más reciente -y relativamente paroxística- del sesgo consumista y despilfarrador de la economía estadounidense, en cuanto constituyó el motor que dio impulso al crecimiento durante un período caracterizado por un deterioro severo de los grandes desequilibrios de la economía estadounidense.b) La crisis inmobiliaria desata una crisis social de amplio alcance, torpedea las bases de todo el sistema financiero-especulativo estadounidense y amenaza tener efectos negativos sobre el conjunto o una porción significativa de su sistema económico.c) La forma como está siendo abordada la crisis -especialmente el enfoque asumido por la Reserva Federal y la administración Bush- constituye un acto de negación: privilegia la coyuntura de corto plazo e ignora o evade los problemas estructurales de más amplio alcance.Brevemente analizó en lo que sigue los elementos principales contenidos en estos tres puntos anteriores.

6. Una vieja conocida: La globalización financiera

En una de sus facetas principales, la llamada globalización es globalización financiera. Esta última toma la forma de una deriva global de inmensas masas de capitales que existen solamente como registro contable, sin respaldo real en la producción. Su carácter ficticio define asimismo su sesgo especulativo. Y justo este par de características originan lo que son, a un mismo tiempo, su potencialidad y su desgracia. La potencialidad de inflar inmensos auges especulativos, y la desgracia de que éstos siempre son transitorios y usualmente conducen a derrumbes catastróficos.Los grandes desequilibrios de la economía estadounidense -es decir, su tendencia estructural a gastar por encima de lo que produce- ha sido, con seguridad, uno de los principales motores impulsores de esta globalización financiera. La razón: los dólares con que Estados Unidos paga sus excesos inundan la economía mundial y alimentan permanentemente la especulación financiera. Ya lo decíamos: esa es la enorme ventaja que da tener una moneda nacional que también es moneda mundial.Estos capitales financieros se mueven como al modo de enormes mareas que experimentan flujos y reflujos periódicos. Llegan en forma masiva a un país -del cual se “enamoran” por alguna sinrazón que los atrapa- y recalientan su economía. Y luego, por alguna otra tontería igualmente irracional, se asustan y, tumultuosos, abandonan ese país y lo precipitan en la crisis. Una y otra vez -con apenas variantes secundarias- hemos visto repetirse este patrón. Así se ha constatado en los últimos lustros, desde el “efecto tequila” mexicano a las sucesivas crisis posteriores: Asia Oriental, Rusia, Brasil, Argentina, Turquía. Lo realmente extraordinario es que ahora el problema se manifiesta en el corazón mismo del capitalismo mundial: los Estados Unidos.Incluso Krugman -en el artículo que cité anteriormente- admite que la actual crisis hipotecaria en Estados Unidos comparte importantes rasgos con crisis similares que han vivido países del tercer mundo. Se origina, principalmente, en la afluencia masiva de capitales financieros que recalentaron al extremo el sector inmobiliario estadounidense e indujeron una serie de comportamientos especulativos, supremamente irresponsables, los cuales no solo están provocando hoy día que millones de familias estadounidenses se queden sin casa sino que, además, hacen que las pérdidas que esto provoca se extiendan ampliamente a todo el sistema financiero gringo y mucho más allá.La deriva global de los capitales especulativos -que en buena medida es alimentada por los excesos de la economía estadounidense- en este caso se concatena directamente con esos excesos: vino a financiar un auge inmobiliario que, a su vez, alimentó un período de crecimiento (2002-2006) donde los desequilibrios se agudizaron significativamente hasta límites que, sin duda, resultan peligrosos para la estabilidad de la economía mundial. Esto último se hace manifiesto en la generalización de las pérdidas derivadas de la crisis inmobiliaria a bancos no estadounidenses; en la inestabilidad de las bolsas de valores a nivel mundial; en el riesgo -nada descabellado- de una recesión global. Incluso en el peligro, no conjurado, de un derrumbe del dólar.

7. ¿Más de lo mismo?

Este no es un problema de corto plazo pero, cosa notable, está siendo enfrentado por las autoridades estadounidenses como si lo fuera. Para los operadores del capital especulativo -que tienen su asiento en bancos transnacionales y bolsas de valores- todo se reduce a lograr que los índices bursátiles aumenten de nuevo y con ese fin han ejercido presiones salvajes sobre la Reserva Federal, a fin de que ésta baje las tasas de interés. Su visión es extremadamente cortoplacista y estrecha. A las autoridades económicas, así como al establishment intelectual y las élites políticas, les habría tocado aportar una visión más amplia y crítica. Pero, con escasas excepciones, ése no es el caso, quizá porque ello supondría cuestionar de raíz el orden actual, donde los intereses corporativos y financieros se imponen ampliamente, imponiendo de paso su ideología.El caso es que, complaciente con los intereses financieros, la Reserva Federal ha disminuido aceleradamente las tasas de interés y en tan solo los últimos nueve días de enero la recortó de 4,25% a 3,0%. Es como si dijeran: sigamos la fiesta, consumamos, gastemos, que el resto del mundo paga la cuenta. No se ve cómo sostener esta estrategia, cuando la inflación en 2007 (4,1%) ha sido la más alta en muchos años, y el dólar perdió -tan solo en el último año- alrededor de un 15% de su valor frente al euro. Intentar llevar las tasas de interés incluso por debajo de la inflación pretende una sola cosa: promover el gasto desorbitado. Y, a la par, ello podría ser una buena manera de agudizar la marcada debilidad que el dólar manifiesta, especialmente cuando al mismo tiempo Bush anuncia un presupuesto federal que dispara a U$S 410 mil millones el déficit para 2008 (un 2,9% del PIB). (9) Ello incluye recortes sustanciales en salud y educación; rebajas impositivas para los más ricos y grandes incrementos del gasto militar. Hay una palabra que sintetiza lo que esto significa: demencia.Aún están por verse los verdaderos alcances de la crisis. Un recuento difundido recientemente desde el sitio BBC News (10), daba cuenta de pérdidas combinadas por U$S 91 mil millones, reportadas por los quince principales bancos -seis europeos y nueve estadounidenses- directa o indirectamente afectados por la crisis hipotecaria. A la lista de siniestrados se unieron hace pocos días los tres mayores bancos japoneses -Mitsubichi UFJ; Mizuho y Sumitomo Mitsui- con pérdidas conjuntas por casi U$S 52 mil millones (11), vinculadas, por supuesto, al desastre hipotecario estadounidense. Entre tanto, crecen los rumores acerca de los problemas que estarían enfrentando compañías aseguradoras. En particular un reportaje en The New York Times (12) menciona dos: MBIA y Ambac Financial Group, acerca de las cuales se especula que, en conjunto, tendrían pérdidas por U$S 24 mil millones de dólares. Así, cobran sentido las estimaciones que se difunden, en el sentido de que las pérdidas totales podrían llegar a los U$S 400 mil millones.Evidentemente todo esto conlleva un sacudón brutal sobre el sistema financiero de Estados Unidos y, quizá, el del mundo entero. Pareciera inevitable la recesión, la cual quizá ya está en curso. Y aunque probablemente sea la más severa en décadas, seguro no provocará el derrumbe del capitalismo. Pero, cuanto menos, podría traer consigo algún saneamiento que restablezca un mínimo de racionalidad. O sea, que amaine un poco la demencia y se restituya una elemental noción de justicia.Sin embargo, y excepto que la crisis se profundice gravemente, ello no se ve factible. En cambio, las decisiones recientes de la Reserva Federal, así como el presupuesto de Bush, nos muestran una cosa: los intereses financieros-especulativos que provocaron el desastre, siguen, de lo más campantes, al comando del navío.

Notas:

1) China alcanza u superávit comercial récord de 262.000 millones de dólares en 2007, Disc@pnet, 11 de enero de 2008, disponible en: http://www.discapnet.es/Discapnet/Castellano/Actualidad/Nueva_Hemeroteca/detalle?id=170637 (Consultado el 1-2-2008).
2) Johnson, Chalmers, Going Bankrupt. Why the Debt Crisis Is Now the Greatest Threat to the American Republic, The Nation Institute. Disponible en: http://www.tomdispatch.com/post/174884/chalmers_johnson_how_to_sink_america (consultado el 1-2-2008).
3) Amador, Héctor, Déficit fiscal y corriente en EU, los terribles gemelos, Revista Fortuna, disponible en: http://revistafortuna.com.mx/opciones/archivo/2005/julio/html/nglobales/deficit.htm (consultado el 22-1-2008).
4) Johnson, Chalmers, op. cit.
5) US economy at a glance, BBC News, disponible en: http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/2/hi/business/7217227.stm (consultado el 1-2-2008).
6) Krugman, Paul, Don’t cry for me, America, The New York Times, 18 de enero de 2008, disponible en: http://www.nytimes.com/2008/01/18/opinion/18krugman.html?_r=1&th&emc=th&oref=slogin (consultado el 19-1-2008).
7) Johnson, Chalmers, op. cit.
8) Idem.
9) Bush propone un presupuesto que amplía el gasto en defensa y lo recorta en medidas sociales, El País, 4 de febrero de 2008 en: http://www.elpais.com/articulo/economia/Bush/propone/presupuesto/amplia/gasto/defensa/recorta/medidas/sociales/elpepueco/20080204elpepueco_13/Tes (consultado el 4-2-2008).
10) Merrill Lynch posts $7.8bn loss, BBC News, 17 de enero de 2008, disponible en: http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/2/hi/business/7193915.stm (consultado el 17-1-2008).
11) Crisis hipotecaria golpea a bancos japoneses, La Nación, 4 de Febrero de 2008, p. 29A.12) A warning on insurers frays nerves, The New York Times, 31 de enero de 2008, disponible en: http://www.nytimes.com/2008/01/31/business/31bonded-web.html?th&emc=th (consultado el 17-1-2008).

Monday, February 11, 2008

EE.UU. exporta su crisis económica: cuál es la lección para Argentina

Por: Daniel Muchnik

Más de tres mil millones de millones de dólares --3,1 billones de dólares- es el presupuesto que solicitó al Congreso el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para el transcurso de este año iniciado. De este total, más de 515.000 millones de dólares necesita el Pentágono para continuar sus acciones bélicas en el mundo, más otros 70.000 millones de dólares exclusivamente para gastos de guerra en Irak y Afganistán. Eso sí: habrá recortes de gastos. Entre ellos en materia de salud, que agravará aún más la difícil situación de gran parte de la población y motivo de intensos debates. Es una historia que ya lleva décadas, cuyo primer capítulo restrictivo estuvo a cargo de Ronald Reagan y luego fue permanente caballito de batalla del Partido Republicano cuyos máximos dirigentes tienen entre ojo y ojo toda inversión social del Estado, considerada un pecado sin perdón.

La salud en el país del Norte tendría unos US$ 208.000 millones menos en los próximos cinco años. Una noticia que alimentará la cinematografía de Michael Moore para otro documental crítico sobre la gestión sanitaria. Con estos números, el déficit público en el último año de la gestión de Bush sería aún más alto que en 2007, cuando alcanzó los US$ 162.000 millones. Este 2008 tendría un déficit de US$ 410.000 millones, el 2,9% del Producto Bruto Interno de EE.UU., la primera gran potencia. Para el año que viene se estima un déficit de 407.000 millones de dólares, el 2,7 por ciento del Producto Bruto.

Así, los que pregonaron el déficit cero para la Argentina se revelan unos irresponsables fiscales, con el agravante de que en gran parte de esa cuenta es para financiar aventuras bélicas de intensidad y sin límites geográficos. Pero estas proyecciones son conservadoras frente a la realidad. Porque Estados Unidos ya está sumergido en la recesión y las estimaciones de ingresos suenan exageradas a la luz de la recaudación real que tendrá el Tesoro norteamericano.

El gran riesgo que enfrenta Washington es que el déficit crezca aún más, y que el mundo se canse de seguir financiando tamaño agujero, algo que ya se manifiesta en la desvalorización del dólar.

Todo esto no toma en cuenta las grandes inyecciones de fondos de Reserva Federal en el sistema bancario norteamericano para evitar quiebras en cadena de instituciones comprometidas a partir de la cesión de créditos subprime. Aunque allí no concluye el socorro porque la Reserva colocaría ayuda entre las compañías de seguro. La última maniobra fue una ayuda a entidades financieras por US$ 100.000 millones.

La ley de leyes norteamericana (Presupuesto) revela que el país más poderoso está metido en un pantano económico financiero en el que se hunde día tras día, llevando a su población a perder buena parte del estándar de vida que la diferenciaba del resto del mundo.

Hasta hace poco, otras regiones del planeta no recibían el impacto de los acontecimientos internos norteamericanos. Hoy, a través de la devaluación del dólar y de la recesión, el pantano se exporta al exterior, amenazando con una crisis más general, sin respetar las fronteras.




Los números hablan
515.000
Son los millones de dólares que necesita
el Pentágono para continuar sus acciones bélicas.
162.000
Son los millones de dólares que alcanzó
el déficit público de EE.UU. en 2007 y
sería aún más alto en el último año de Bush.
100.000
Son los millones de dólares en ayuda a las
entidades financieras que aportó
la Reserva Federal estadounidense.

http://www.clarin.com/diario/2008/02/11/elpais/p-01501.htm

Friday, February 08, 2008

Las lecciones de la crisis financiera

Danielle Bleitrach
CEPRID
Traducción de Natalia Litvina

El pánico recorre las filas del capital, hasta el punto que los ingleses empiezan a considerar la nacionalización de los bancos. En Estados Unidos el presidente de FED (el banco central norteamericano) Bernanke sugirió al Presidente Bush relanzar la economía: en efecto, no se trata de una política global ni de una reforma a tiempo completo, pero sí de una bajada de impuestos y de medidas provisionales, de hecho van a ser inyectados entre 100 mil y 150 mil millones de dólares. O sea, la cantidad estimada de las pérdidas de la crisis financiera del verano pasado. (1) Cada día se descubre que grandes bancos europeos están bajo la amenaza de quiebra, que miles de millones de dólares de sus activos están desvalorizados y ya no representan nada, que la crisis se extiende a todo el mundo occidental.

En Europa los ministros de finanzas francés, británico, alemán e italiano se reunieron de urgencia 17 de enero de 2007 y tienen que volver a reunirse el día 29 del mismo mes, conclusión: "la crisis de los mercados es seria y exige respuestas rápidas". Primero se trata de saber cuál es el volumen de pérdidas reales, luego averiguar cómo afrontar la necesidad del efectivo y finalmente elaborar medidas para los fondos estatales.

¿Creen ustedes realmente que la crisis de la que hablábamos desde este verano y que luego desgraciadamente se ha cumplido no podía ser anticipada por el ejército del capital y sus gerentes? ¿ Se han autointoxicado voluntariamente, son los medios tan incompetentes o tan vendidos que nadie se atreve a prever las consecuencias de una situación donde confluyen tantos intereses? (2)

A título de propaganda, desde hace algunos años nos repiten que todas nuestras dificultades provienen de la competencia asiática, de China y de su mano de obra barata, de otros países emergentes. Sí, pero precisamente esta vez es imposible buscar allí los culpables de crisis, ya que China e India no sólo no están en el origen del fenómeno, sino que aseguran el crecimiento mundial.Es cierto hasta tal punto que el Primer ministro británico Gordon Brown, preocupado por la crisis que amenaza los Estados Unidos igual que la mayoría de sus homólogos europeos e incluso más, siendo el sistema financiero británico más vulnerable, se marchó a China a buscar las claves del crecimiento, luego irá a la India. El mismo recorrido será repetido por el presidente francés. El ministro británico declaró: "En los próximos años se prevé un aumento en un 50% de nuestro comercio con China. Esa nueva relación podría representar la creación de miles de empleos en Gran Bretaña, se trata probablemente de decenas de miles de puestos de trabajo, explicó el ministro a la cadena de televisión ITV". Estamos lejos de la habitual propaganda contra China que nos quita puestos de trabajo y nos obliga a apretar el cinturón. Todos los argumentos que han sido presentados a los trabajadores para explicar el paro, la precariedad, los salarios bajos, culpaban a la competencia asiática.Según parece, China crece y si lo hace es gracias a una buena planificación y al hecho de tener controlado al tigre financiero.

(3) Hay que reconocer enseguida que China igual que otros países emergentes sigue estando subdesarrollada y en gran parte los aspectos forzados, totalitarios, de su entrada en el mercado se deben al intento de salir de su estado de subdesarrollo para asegurar la supervivencia de miles de millones de seres humanos. Así que, como podemos observar, la forma de ver el modelo autoritario del Estado por el capitalismo occidental está inspirado en la pérdida de influencia sobre el futuro de la globalización. Si el discurso ideológico de G.W.Bush en particular y del conjunto político - mediático en general confundió a sabiendas mercado y democracia, parece que por culpa de la crisis deslizamos hacia el totalitarismo de mercado. El ciudadano consumidor al que el Imperio ya no garantiza pan y circo está invitado a trabajar para la empresa Estado con el fin de conservar el beneficio y tendrá que hacerlo bajo múltiples golpes: presión ideológica, competencia, instituciones supranacionales además de represión pura y dura.Hoy día el crecimiento de la economía americana se debilita y va incluso camino a una clara recesión con el sector inmobiliario que ha caído en un 25% en un año y otros como el automovilístico que están en la misma situación. Mientras tanto los países emergentes como China o la India representan un 25% de la economía mundial frente al 22% de los EEUU. Lo que está claro, es que estos últimos están en la postura de defensa y cambian su discurso de libre intercambio por los argumentos neoproteccionistas. Alemania y tras ella toda Europa están a punto de seguir a los EEUU, que por el recelo por los "fondos estatales" reaccionaron reforzando el poder de su comité de inversiones extranjeras.

¿Cómo conciliar este neoproteccionismo con el hecho de que se espera que China y la India sigan con su papel de maquina de arrastre, mientras que, como lo apuntas ciertos economistas "la economía norteamericana se encuentra en un círculo vicioso de quiebras personales, hundimiento del sector inmobiliario y pérdidas crecientes de activos financieros". (4)

Aún si los EEUU están frente a una crisis estructural (5), siguen siendo la primera potencia mundial y nadie es capaz de disputarles su hegemonía, al igual que no existe realmente ningún sistema que pueda competir con el capitalismo y el imperialismo. Los EEUU ocupan las primeras posiciones en el mundo en cuanto a su parte en la producción mundial, ingresos nacionales, producción agrícola, ordenadores, exportación de servicios, cartera de inversiones extranjeras. Su principal ventaja sigue siendo el hecho de invertir un 2,6% de su PIB en la enseñanza superior y llevarse casi todos los premios Nobel, además la mitad de todas las patentes se registra en EEUU. (6)

La mitad de los inmigrantes que acogen EEUU son universitarios. Europa, a pesar del discurso de Lisboa se queda atrás, y la subida del euro revela por el momento más bien una inversión financiera y no un dinamismo económico. Entonces hay que comprender bien la situación y la crisis, paradójicamente, el precisamente el peso de los EEUU, el papel central de su moneda que representa más de dos tercios de intercambios en el mundo, y su utilización para la mayoría de las transacciones comerciales que provocan esa situación de crisis generalizada porque se teme que no haya ningún país que sea capaz de tomar el relevo o por lo menos encauzar los efectos nocivos.¿La crisis del capitalismo?Lo que se puede entrever a través de esa crisis es la dominación planetaria de un sistema y el hecho de que su crisis sobrepasa cualquier caso particular, incluidos los arriesgados montajes en el sector inmobiliario norteamericano.

¿Será la política exterior, los envíos de tropas a Iraq? Sin duda alguna eso aportó su grano de arena, pero al fin y al cabo el gasto militar representa tan sólo un 3.8% del PIB y un 20% del presupuesto federal, es una sangría soportable y se supone que garantiza el dominio norteamericano en el planeta: mar, aire, espacio y ciberespacio. No obstante, no insistiremos sobre esto, todo el sistema está concebido para el enfrentamiento con una superpotencia y no para el trabajo mas simple de una policía contra revueltas populares: de ahí la asimetría de los combates en Iraq que podemos observar y también el ejemplo de China, que rechaza el enfrentamiento. Todo que se obtiene con esa fuerza es el aislamiento, provocar alianzas ampliadas como la organización de cooperación de Shanghai, o lo que ocurre hoy en América Latina o en África. De allí vienen todos los problemas: ninguno en concreto puede provocar el declive definitivo de los EEUU, pero su imbricación sistemática amenaza hoy a este coloso sin rival.¿De dónde viene la crisis? El diario financiero Les Echos la atribuye a los aprendices de brujo del mundo financiero. Según este periódico se trataría de jóvenes economistas: "Es la increíble dejadez de nuestros de nuestros niños bonitos, recién licenciados en nuestras maravillosos colegios de comercio o de ingeniería que han montado unos proyectos financieros ruinosos donde nadie entiende nada, incluidos sus propios dueños."

Resumiendo, los capitalistas serían víctimas de unos pequeños manipuladores… Nuestros propios ministros de finanzas buscan el chivo expiatorio en las agencias de asesoramiento financiero que están acusadas de decir cualquier cosa, pero ¿a favor de quién? Esa no es la primera ola de escándalo, recuerden el asunto Enron en EEUU. Pero el periodista de Les Echos sigue: "A la pregunta '¿cuántos créditos hipotecarios de alto riesgo tienen ustedes en su cuenta?" los banqueros responden: 'No tenemos ni la menor idea.' Hay que esperar entonces, con una bola en el estómago, la publicación de las cuentas de 2007 de cada institución financiera para poder hacerse una idea de la importancia de daños."

Cada nuevo día trae su lote de malas noticias: primero Citybank, luego Merryl Lynch etc. Las bolsas se tambalean y nos reiríamos de ello si no estuviéramos seguros que tendríamos que pagar las consecuencias.Aunque el capital no tiene patria, esta fuertemente localizado en los países occidentales para los que EEUU representaba hasta ahora la mejor garantía de sus beneficios y seguridad, comienzan a interesarse por modelos extranjeros de Estado - empresa, como Singapur o algunos Emiratos. No hay ciudadanos sino empleados obligados a someterse a la estrategia del Estado empresa. ¿Es una casualidad que el primer país donde fue inaugurada la actual fase del capitalismo sea el Chile de Pinochet? La lógica de la crisis actual va en el sentido del fascismo de mercado centrándose en la denuncia de los "errores" imputables, no en la irresistible voluntad de especulación a la presión cada vez más fuerte del capital sobre el trabajo, a la destrucción del medio ambiente, etc., pero en el desorden de los mecanismos que habría que regular y agravar.Es en esta fase cuando hay que estar preparado a enfrentarse con la imposición de decisiones que rechazó el voto actual de un tratado y no es más que la punta del iceberg.

Observemos que la izquierda hegemónica, el Partido Socialista Francés, que tiene la manía de denunciar las "dictaduras" extranjeras, apoya alegremente todas las carencias de democracia en el marco europeo.La lección doblePero escuchemos como sigue el periodista financiero: "Esperando a ver como continúa, hay por lo menos dos primeras lecciones que podemos sacar de estos acontecimientos (...) el dinero vuelve loco. Desde que existen genios de las finanzas que han conseguido fabricar productos que salían a 20% de rentabilidad, todos los cerrojos saltaron y ejércitos de auditores, controladores, contables no tuvieron nada que decir a pesar de la opacidad creciente y, digámoslo, una total inverosimilitud de las cifras que se amontonaban ante sus ojos. Ninguna economía en el mundo saca el 20% de rentabilidad, pero nuestros niños bonitos lo han hecho.

Y los accionarios de los bancos aplaudieron. Eso merece sin duda un instante para la retrospección."Si unos pocos personajes pueden provocar la crisis de esta manera, significa que el sistema se rige por un mecanismo ciego y mortífero: el beneficio como único vector de la sociedad.Por ello y a modo retrospectivo, se podrían incluir quizás en los enormes daños colaterales de esa supremacía de las finanzas, no sólo las personas que duermen en la calle en los EEUU, pero también a trabajadores despedidos para hacer que suba el valor de las acciones, vidas destrozadas, empresas y sus trabajadores desangrados por el coste de los gastos financieros, salarios que se reducen para que crezca la parte del capital. Hay que añadir además la dejadez de nuestros políticos de izquierda y de derecha quienes declararon que era imposible intervenir en los mecanismos económicos, habiéndose convertido la economía en una ciencia exacta. La izquierda en el poder que acciona unos mecanismos tales como la oleada de multimillonarios que surgió y constituye hoy día la guardia cercana a Sarkozy.

Así que toda esa gente se puso de acuerdo para dejar vía libre a "los niños bonitos y sus ruinosas empresas financieras". Se acuerdan de lo que les explicaba aquí sobre la crisis financiera, sólo se trataba de créditos hipotecarios de alto riesgo, todo el sistema de crédito funciona basándose en montajes arriesgados…Pero pasemos a la segunda lección del periodista financiero: "la segunda lección provisional atañe a la teoría económica. Desde la revolución de los años Reagan-Thatcher, los doctores del liberalismo total afirman que el mercado tiene que ser el guía principal de la racionalidad económica. Es curioso, pero no se escuchó a esos charlatanes comentar el anuncio reciente del gobierno británico que el Estado, sí, el Estado garantizaría, pase lo que pase, los ahorros de los ciudadanos de a pie en los bancos de su muy amable Majestad. Era cuestión incluso de nacionalizar el banco peor parado, el Northern Rock. Hay que añadir entonces un apéndice a la teoría: la racionalidad del liberalismo total es perfecta solamente hasta la catástrofe final".

Nuestro problema es: ¿ quién va a pagar por aquellos que no pararon de enriquecerse haciendo presión sobre el trabajo, jugando en bolsa? ¿ Qué sangría nos preparan aún en caso de intervención masiva del Estado, incluso de nacionalización bancaria temporal, lo cual podría ocurrir en caso de la debacle financiera? ¿Quién va a pagar? ¿Qué Estado necesitará el capital a partir de ahora? Porque sigo afirmando que "el Estado" no debe ser analizado "en sí", sino como una máquina en cada una de sus fases. El libre mercado desarrollando sus contradicciones entró en su negación del Estado, la empresa que asegura la docilidad de la población y garantiza hasta el absurdo los beneficios económicos. Sus condiciones suponen que el ciudadano está retenido por el miedo, la ignorancia y su deseo de tener un dueño bueno. Francamente, creo que antes que ir a tirar cohetes a favor de un equipo electoral exactamente igual que el de enfrente, me gustaría que reflexionásemos sobre cómo hacer frente a lo que se avecina. Si de algo estoy segura, es de que las fuerzas políticas que se sometieron a esa "racionalidad" la acompañaron, la agravaron, eso atañe tanto a la izquierda como a la derecha, ya no tienen ninguna cualidad para poder solicitar nuestros votos.

Notas
(1) El presidente estadounidense sólo lo desveló a grandes rasgos, pero insistió en el hecho que esas medidas tenían que "basarse esencialmente en aligeramiento fiscal y no en proyectos costosos que tendrían poco impacto sobre nuestra economía". Se refería a las propuestas de la mayoría demócrata en las que se trataba de desbloquear los fondos públicos para ayudar a las clases medias debilitadas, a los parados y a los más necesitados. Unas horas más tarde Sr. Bush añadió no obstante: "Necesitamos llegar a un acuerdo con los demócratas para encontrar una solución." Su plan consiste en aligerar a título excepcional la fiscalidad por un total de 1% aproximadamente del PIB estadounidense, en otras palabras entre 140 y 150 miles de millones de dólares (entre 96 y 103 miles de millones de euros), con el fin de mantener el consumo y el empleo. Dos tercios se liberarían por una desgravación de impuestos de 800 dólares por persona y de 1 600 dólares por familia. El resto consiste en bajar la fiscalidad sobre las inversiones de las empresas. Según la Casa Blanca, esta medida permitirá crear 500 000 empleos. G.Bush no indicó qué sectores cargarían con los gastos .
(2)Danielle Bleitrach, La crise financière pour les nuls par une nulle. Crise des subprimes et ou crise d'un système. agosto 2007. http://socio13.wordpress.com/
(3) Hoy ya nos llega la información de que China está sufriendo una subida de precios de los productos alimenticios que afecta a las capas más desfavorecidas de la población y por ello está volviendo a una práctica "socialista", poniendo en marcha una política de control de precios de los productos básicos. En el mes de noviembre la inflación alcanzó un 6.9%, el nivel más alto desde 1996. Han subido sobre todo la carne, las hortalizas, las frutas, el aceite. En un año la carne de cerdo ha subido en un 43%, el aceite de soja en un 58%. La medida obliga a un cierto numero de empresas a pedir permiso al gobierno para subir sus precios. Por otro lado China controla su política monetaria para impedir que haya demasiado dinero líquido en circulación. Anuncia que estas medidas son provisionales para no espantar a los inversores.
(4) Laura Tyson, asesora de Clinton, en una encuesta a 5 economistas del New York Herald Tribune: ¿la economía norteamericana se dirige hacia la recesión? 17 de diciembre 2007. La respuesta mayoritaria fue "sí", por una vez la realidad confirma las previsiones. ¿Se trata de una purga comparable a la de 2001 o de una crisis estructural, que representa quizás una fase entre dos purgas? Esa última pregunta no se hizo en la encuesta.
(5) Parece evidente que estamos ante una crisis estructural, aquí remitimos a los lectores a nuestro libro: Les Etats-Unis De mal Empire. Ces leçons de résistance qui nous viennent du sud.Aden 2004. Como analizamos en el libro, China sigue siendo la primera potencia, los países emergentes continúan subdesarrollados, pero EEUU entró en un proceso de declive cuya naturaleza es preciso entender: se trata de un sistema que gobierna la globalización actual, el sistema capitalista en su fase senil.
(7) Incluso en este caso sería preciso analizar que ocurre realmente con esa capacidad de innovación, por ejemplo el depósito de patentes y el modo de que eso pesa en la investigación científica, poniendo bajo secreto una gran parte de las investigaciones, esterilizando los intercambios. Y también que Francia se haya convertido en el paraíso fiscal de la "propiedad intelectual". De reforma en reforma, Francia encabeza la lista de países europeos donde es bueno ser impuesto a los grupos extranjeros y la implantación de funciones de holding, de dirección a cubierto de esa "propiedad intelectual". Se puede calcular hasta qué punto ese paraíso fiscal puede combinarse con la gran miseria de la Universidad francesa.

Danielle Bleitrach, socióloga

Traducción de Natalia Litvina para el CEPRID.
natlitvina (arroba)mail.ru


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