Por: Daniel Muchnik
Más de tres mil millones de millones de dólares --3,1 billones de dólares- es el presupuesto que solicitó al Congreso el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para el transcurso de este año iniciado. De este total, más de 515.000 millones de dólares necesita el Pentágono para continuar sus acciones bélicas en el mundo, más otros 70.000 millones de dólares exclusivamente para gastos de guerra en Irak y Afganistán. Eso sí: habrá recortes de gastos. Entre ellos en materia de salud, que agravará aún más la difícil situación de gran parte de la población y motivo de intensos debates. Es una historia que ya lleva décadas, cuyo primer capítulo restrictivo estuvo a cargo de Ronald Reagan y luego fue permanente caballito de batalla del Partido Republicano cuyos máximos dirigentes tienen entre ojo y ojo toda inversión social del Estado, considerada un pecado sin perdón.
La salud en el país del Norte tendría unos US$ 208.000 millones menos en los próximos cinco años. Una noticia que alimentará la cinematografía de Michael Moore para otro documental crítico sobre la gestión sanitaria. Con estos números, el déficit público en el último año de la gestión de Bush sería aún más alto que en 2007, cuando alcanzó los US$ 162.000 millones. Este 2008 tendría un déficit de US$ 410.000 millones, el 2,9% del Producto Bruto Interno de EE.UU., la primera gran potencia. Para el año que viene se estima un déficit de 407.000 millones de dólares, el 2,7 por ciento del Producto Bruto.
Así, los que pregonaron el déficit cero para la Argentina se revelan unos irresponsables fiscales, con el agravante de que en gran parte de esa cuenta es para financiar aventuras bélicas de intensidad y sin límites geográficos. Pero estas proyecciones son conservadoras frente a la realidad. Porque Estados Unidos ya está sumergido en la recesión y las estimaciones de ingresos suenan exageradas a la luz de la recaudación real que tendrá el Tesoro norteamericano.
El gran riesgo que enfrenta Washington es que el déficit crezca aún más, y que el mundo se canse de seguir financiando tamaño agujero, algo que ya se manifiesta en la desvalorización del dólar.
Todo esto no toma en cuenta las grandes inyecciones de fondos de Reserva Federal en el sistema bancario norteamericano para evitar quiebras en cadena de instituciones comprometidas a partir de la cesión de créditos subprime. Aunque allí no concluye el socorro porque la Reserva colocaría ayuda entre las compañías de seguro. La última maniobra fue una ayuda a entidades financieras por US$ 100.000 millones.
La ley de leyes norteamericana (Presupuesto) revela que el país más poderoso está metido en un pantano económico financiero en el que se hunde día tras día, llevando a su población a perder buena parte del estándar de vida que la diferenciaba del resto del mundo.
Hasta hace poco, otras regiones del planeta no recibían el impacto de los acontecimientos internos norteamericanos. Hoy, a través de la devaluación del dólar y de la recesión, el pantano se exporta al exterior, amenazando con una crisis más general, sin respetar las fronteras.
Son los millones de dólares que necesita
el Pentágono para continuar sus acciones bélicas.
162.000
Son los millones de dólares que alcanzó
el déficit público de EE.UU. en 2007 y
sería aún más alto en el último año de Bush.
100.000
Son los millones de dólares en ayuda a las
entidades financieras que aportó
la Reserva Federal estadounidense.
http://www.clarin.com/diario/2008/02/11/elpais/p-01501.htm
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