Monday, March 31, 2008

Ya se hizo la prueba, la deuda del tercer mundo se puede cancelar



ieco | Los expertos calculan que las depreciaciones de activos de los bancos por las crisis de hipotecas de EE.UU. llegaron a US$ 200.000 millones y que la factura total superará el billón de dólares.

Por Por Damien Millet * | Le Monde, Especial para Clarin

Desde agosto de 2007, los bancos norteamericanos y europeos atraviesan una crisis grave, que puede llegar a extenderse al sistema económico neoliberal en su conjunto.

El monto actual de las depreciaciones de activos a las que tuvieron que proceder supera los 200.000 millones de dólares (127.400 millones de euros). Según los expertos más avezados, la factura superará el billón de dólares.

En Estados Unidos, 84 entidades de créditos hipotecarios quebraron o cerraron entre el 1 ° de enero y el 17 de agosto de 2007, contra 17 solamente en todo el año 2006.

En Alemania, el banco IKB y el instituto público SachsenLB fueron salvados por un pelo. Inglaterra tuvo que nacionalizar el banco Northern Rock en quiebra. El fondo Carlyle Capital Corporation, allegado al clan Bush, acaba de fundirse: sus deudas representaban 32 veces sus fondos propios.

En cuanto al prestigioso banco estadounidense Bear Stearns, tuvo que pedir ayuda a la Reserva federal de Estados Unidos para obtener una financiación de emergencia: será comprado por el JP Morgan Chase por una bicoca.

Así, varios segmentos del mercado de la deuda están desmoronándose y arrastran en sus tribulaciones a los poderosos bancos y fondos de inversión (hedge funds) que los habían creado. El rescate de esas instituciones financieras privadas es realizado gracias a la intervención masiva de los poderes públicos.

Surge, pues, una pregunta: ¿por qué los bancos, que hoy no vacilan en cancelar deudas dudosas por decenas de miles de millones de dólares, siempre se han negado a anular los pasivos de los países en desarrollo? Están demostrando que es posible y absolutamente necesario.

Recordemos que las deudas actuales reclamadas por los bancos a esos países fueron originadas por dictaduras criminales, regímenes corruptos, dirigentes fieles a las grandes potencias.

Los grandes bancos prestaron sin hacer cálculos a regímenes tan poco recomendables como el de Mobutu en Zaire, Suharto en Indonesia, a las dictaduras latinoamericanas de los años 1970-1980 sin olvidar el régimen de apartheid en Sudáfrica.

¿Cómo pueden seguir infligiendo el yugo de la deuda a pueblos que han sufrido regímenes dictatoriales que ellos mismos financiaron? En el plano jurídico, numerosas deudas odiosas figuran en sus libros contables y no han sido reembolsadas. Pero los bancos continúan exigiendo sus pagos.

Recordemos asimismo que la crisis de la deuda del tercer mundo fue provocada en 1982 por la suba brutal y unilateral de las tasas de interés decidida por la Fed.

Antes, los bancos privados habían prestado a diestra y siniestra a tasas variables a países ya hiper-endeudados, en definitiva incapaces de hacer frente a sus obligaciones. La historia se repite, pero esta vez en el Norte, y de una manera específica: los hogares sobre-endeudados de Estados Unidos no pueden pagar sus préstamos hipotecarios a tasa variable ya que la burbuja del sector inmobiliario estalló.

Las cancelaciones de deuda que los bancos realizan dan la razón a todos los que reivindicamos una cancelación de la deuda de los países en desarrollo: esta deuda pública del tercer mundo con los bancos internacionales alcanzaba 181.900 millones de dólares en 2006, o sea una suma inferior a lo que acaba de cancelarse en unos pocos meses...

Los grandes bancos privados cometieron una triple falta: construyeron andamiajes desastrosos de deuda privada que desembocaron en la catástrofe actual. Prestaron a dictaduras y obligaron a los gobiernos democráticos que las sucedieron a devolver hasta el último centavo de esa deuda odiosa; se niegan a abolir la deuda del tercer mundo, aunque su reembolso implique un deterioro de las condiciones de vida de las poblaciones.

Debemos exigir, por lo tanto, que rindan cuentas. Los gobiernos de los países del Sur deben realizar auditorías de su deuda, como lo está haciendo actualmente Ecuador y repudiar todos sus pasivos odiosos e ilegítimos. Los banqueros les demuestran que es posible. Será el primer paso para devolver a las finanzas el papel que les corresponde, el de herramienta al servicio del ser humano. De todos los seres humanos.

Traducción de Cristina Sardoy


*Vocero del Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo y Eric Toussaint (presidente del CADTM, Bélgica)

http://www.ieco.clarin.com/notas/2008/03/31/01638664.html

Monday, March 24, 2008

El "salvataje bancario" genera peligro de inflación y podría tumbar al dólar




IAR Noticias/ Según Reuters, cada vez hay más pedidos para que el Gobierno, ya sea directamente o a través de la Reserva Federal estadounidense, ataque a la raíz del problema de la crisis financiera, a través de compras de hipotecas cuyo financiamiento resulta cada vez más difícil para los bancos.

Si los Estados Unidos comprara deuda hipotecaria a su valor nominal, o muy cerca de ese nivel, a pesar del hecho de que gran parte de ella se negocia bastante debajo de eso en el mercado, permitiría que los bancos devuelvan los préstamos usados para financiar esas inversiones, señala Reuters.

Si el tamaño de la operación fuera suficiente, por u$s800.000 millones o 1 billón de dólares, aliviaría una terrible presión sobre las hojas de balance de los bancos y permitiría que otros mercados de crédito, como aquellos para los préstamos corporativos, regresen a algún equilibrio.
Eso a su vez haría más efectiva la política monetaria de la FED, en el sentido de que los bancos serían capaces de incrementar el crédito y trasladar las reducciones de tasas de interés.

Por supuesto -señala Reuters- todo esto implicaría tomar medidas radicales, que excederían por lejos la política ya extraordinaria de la Fed de canjear hipotecas en poder de los bancos y de algunos bancos de inversión, a cambio de bonos del Tesoro, más fáciles de financiar.

También es un enorme riesgo -señala laagencia de noticias- en términos de la obligación que tiene la Reserva Federal , de mantener la estabilidad de precios.

Dejando de lado el tema del "riesgo moral", y dependiendo también de cómo se haga tal rescate, podría llevar la inflación a niveles intolerables para los acreedores extranjeros.

Esto podría provocar una caída aún mayor del dólar, mientras los acreedores internacionales busquen seguridad en otros activos, puntualiza Reuters.

Semejante rescate tendría que ser pagado con los impuestos, lo que parece improbable, o involucraría emitir más deuda del Gobierno o expandir efectivamente la oferta monetaria.

"Habría un impacto inflacionario debido a la enorme introducción de crédito", dijo a Reuters Philip Gisdakis, estratega financiero de Unicredit en Munich.

"No son u$s50.000 millones, estamos hablando de algo como 1 billón de dólares. Esa inyección de capital que se necesita tendrá consecuencias para la economía de los Estados Unidos", agregó.

Un rescate de ese tamaño muy probablemente alimente la inflación, que ya está incómodamente alta, creando más dólares y poniéndolos en circulación. "Si es demasiado grande, tendrá que haber un elemento de monetización, con financiamiento de la Fed", dijo Tim Drayson, economista de ABN AMRO en Londres.

Además -señala Reuters- habría serias dificultades para alcanzar un acuerdo en un año electoral. El Tesoro estadounidense dijo el último miércoles que las propuestas que había visto causarían más perjuicios que ventajas.

En parte, es por eso que el permiso que obtuvieron Fannie Mae y Freddie Mac para asumir más riesgos y comprar más hipotecas representó un cambio tan asombroso.

Pero si bien la deuda de estas firmas tiene una garantía implícita del Gobierno, son sociedades participadas por accionistas. Sin embargo, los nuevos préstamos por u$s200.000 millones permitidos para Fannie y Freddie por su regulador podrían no ser suficientes.

Si eventualmente, la inflación y la caída del dólar se aceleran el uno al otro de una manera viciosa, el respaldo externo podría reducirse fuertemente. "Si (los acreedores externos) deciden que no van a aceptar las políticas inflacionarias de la Fed, se podría ver un colapso bastante desordenado", dijo el experto Drayson citado por Reuters.

"Si estamos hablando de (un rescate de) un billón de dólares o más, será bastante difícil evitar la inflación como consecuencia de eso", agregó.

Por supuesto, también podría haber consecuencias derivadas del camino alternativo, que podría conducir a una serie de quiebras entre las instituciones financieras. En ambos casos, las apuestas son elevadas, concluye Reuters.

Publicado en
http://www.iarnoticias.com/2008/secciones/norteamerica/0083_salvataje_inflacion_23mar08.html
Accedo vía
http://senalesdelostiempos.blogspot.com/2008/03/el-salvataje-bancario-genera-peligro-de.html

Thursday, March 20, 2008

Sin lugar para los débiles



Fabián Harari

Laboratorio de Análisis Político - CEICS

Aquel no es un país para viejos”, supo decir William Butler Yeats
sobre lo que él llamaba Bizancio, y que, en realidad, era Turquía.
Ocho décadas más tarde, un escritor norteamericano usaría esa misma
frase como título de su novela, pero para referirse a su propio
país. Ese libro se convirtió en un film que retrata un estado de conciencia
nacional. La película presenta la derrota inexorable de dos
perdedores en una sociedad dominada por la violencia. Los personajes
son dos veteranos de guerra: un obrero que no puede salir de
pobre y un policía viejo que no le encuentra sentido a su trabajo.
Este país tiene metido al demonio adentro”, suele quejarse el ofi-
cial. El Oscar, no obstante, fue para el personaje de Javier Bardem,
como Anton Chighur, un asesino perfecto, dueño de una eficiencia
destructiva jamás vista. El premio despertó cierta polémica, porque
se otorgó como mejor actor de reparto. La justificación fue que el
papel central es el nostálgico policía que nos relata sus lamentos.
En realidad, el verdadero protagonista es Chighur. Es el motor de
los hechos. Por donde pasa hay muerte, desolación y discordia. No
tiene ningún sentimiento y sólo persigue un objetivo: recuperar el
dinero. Él es la personificación de las causas de la decadencia norteamericana.
La novela/película le ha puesto un cuerpo a aquello que
no sabe nombrar. Ese “demonio”, Chighur, es, en realidad, la crisis
capitalista, el torbellino sin alma que todo lo devora…

Es la política, estúpida…
Es que el corazón del sistema capitalista atraviesa una crisis económica
sumamente aguda, con pronóstico reservado. A la degradación
de las condiciones de vida se agrega un fracaso militar. La
selección de candidatos a la presidencia (las primarias) está determinado
por estos procesos. Se tuvo que apelar a personajes ajenos
al núcleo político y que expresaran a sectores oprimidos. Hillary
es mujer, Obama es negro y John McCain siempre fue un crítico
de Bush. El candidato de la Casa Blanca, Mitt Romney, no llegó
con chances ni siquiera al Supermartes. Es que George W. ha batido
una marca: es el presidente que alcanzó la peor popularidad
en la historia de su país. Esto no es más que una parte del problema.
La otra es que la debacle ha generado un rechazo al personal
político como principal elemento determinante. Así, el programa
más conservador de un “nuevo” político como Obama triunfa sobre
el reformismo de la “experimentada” Hillary, que es Clinton.
Como vemos, la crisis es económica, política y moral. La ex primera
dama planificó una campaña centrada en la economía, tal
como había hecho su marido en los ’90. Leyó mal: el núcleo de las
preocupaciones está en otro lado.
Tanto Hillary como Obama proponen una serie de medidas para
salir de la crisis. Ambas contemplan la intervención del estado, la
primera con un sentido “progresista” y el segundo con cierta semejanza
a lo que se está haciendo. Sin embargo, ninguna tiene perspectivas
de funcionar. Un economista negro, Thomas Sowell, escribió
en términos políticamente incorrectos, pero acertados desde el punto
de vista capitalista: ninguna rebaja de tasas, ni estímulo al consumo,
ni barrera proteccionista traerá la solución, porque el problema
es la disparidad entre el alto nivel salarial de los trabajadores estadounidenses
en relación a su insuficiente productividad. Se necesitarían
medidas más duras. ¿Es que el estado, entonces, no tiene nada
que hacer nada frente a la crisis? Muy lejos de eso. La economía no
puede, por sí sola, salir del atolladero. Necesita un mayor grado de
explotación y la destrucción de fuerzas productivas. El estado, por
lo tanto, tiene un rol fundamental, pero no económico, sino político.
Su tarea es, justamente, permitir las condiciones para un relanzamiento
de la economía. Es decir, aplastar cualquier resistencia a
una mayor explotación, destruir a otros burgueses y liquidar, si es
necesario, a una parte de la clase obrera. En concreto: la represión,
la destrucción, la guerra.
La relación de proporcionalidad directa entre la profundidad de la
crisis y la magnitud de la guerra no es patrimonio del marxismo.
Hace poco, un lúcido intelectual burgués criollo, Natalio Botana,
supo advertirla. Trazaba un paralelo entre esta crisis y la de 1930,
que desembocó en la II Guerra Mundial y en el restablecimiento
de una nueva hegemonía. Sin embargo, su propuesta es que, esta
vez, el cambio de época y de hegemonía, de efectuarse, debería hacerse
en forma pacífica y planificada. Aquí, es donde su conciencia
retrasa con respecto al film de los hermanos Cohen: estos conflictos
se resuelven, con perdón de la expresión, a los garrotazos. En ese
sentido, la traducción castellana del título, Sin lugar para los débiles,
parece cuadrar mejor con la coyuntura. En el marco de relaciones
capitalistas, las nuevas andanzas de Anton Chighur, esta vez más
reales, serán inevitables.

La madre de todas las batallas
En Argentina, no se ha dejado de repetir que nuestra economía
se encuentra “desacoplada” de la mundial. Ya hemos explicado en
nuestras páginas a qué se debe la peculiar situación de la economía
argentina. Hace poco, un economista definió a la soja como el
“Messi” de un equipo que no necesariamente juega bien. En estas
condiciones, y tal como lo admite en este número González Fraga,
una baja en los precios de los commodities puede desembocar en
una crisis aguda.
En coyunturas de paréntesis entre un estallido y otro, las tareas de
una clase son la preparación en el seno de sus propias filas y aprovechar
los momentos adecuados para tomar alguna posición del enemigo.
Los elementos burgueses parecen haber comprendido el sentido
de la cuestión. Por eso, luego de haber logrado “congelar” un
proceso adverso y estabilizar un gobierno, se prepara para salir del
tibio bonapartismo.
El “café literario” del ex/actual presidente busca la reconstrucción
de los partidos políticos burgueses. Néstor se dispone a encauzar la
cuestión con la refundación del PJ. El “nuevo” partido se constituirá
con la yuxtaposición de las diferentes ruinas del “viejo” y la vuelta de
todos aquellos que se fueron. Han entrado en el armado Lavagna,
ex menemistas como Juan Carlos Romero, sumado a Reutemman,
Obeid y siguen las firmas. Ya han votado la “amnistía” para todo
aquel que fue en otras listas. Moyano y su grupo de la CGT volverán
a pisar una unidad básica luego de 15 años. Volverán con la
promesa de una vicepresidencia y de ocho consejeros. En el 2003, la
CGT tenía 24 de estos últimos. En agradecimiento, Moyano pactó
el 19,5% de aumento como techo y va a reeditar la Marcha Federal,
sólo que, esta vez, en apoyo a Cristina. Todo un desafío: veremos si
puede demostrar disciplina en sus tropas o asistiremos otra vez al escándalo
de la descomposición de la dirigencia sindical.
El hecho es que se está intentando construir una organización política
que pueda poner disciplina en el personal político, que determine
candidaturas, gabinetes, programas y sea un espacio para dirimir
conflictos. Es decir, se quiere rearmar el Partido del Orden. Sin embargo,
han quedado afuera grupos significativos. En primer lugar,
la “izquierda” kirchnerista, como Patria Libre o los MTD. Junto a
ellos, Chacho Álvarez, Nilda Garré, Ibarra, Sabatella y Eduardo Luis
Duhalde. En segundo lugar, los “gordos”: Barrionuevo y compañía.
No hay que olvidarse que aún representan una fuerza de peso.
En efecto, si Kirchner avanza en las tareas de reconstitución por
la vía organizativa, Macri y Scioli lo hacen mediante la demarcación
de los avances sobre las masas. Ambos parecen marcar el camino
de lo que se debiera tener por delante un político burgués.
Macri comenzó su gestión con fuertes despidos, aumentos del
ABL, intervención en una obra social y dos desalojos. Mientras
Kirchner solía adjudicar responsabilidades a la justicia, Macri
supo actuar sin orden judicial. Acordó con Aníbal Fernández el
uso de la policía y se movió sin ningún prurito. Es más, entre los
presos, se llevaron a un dirigente barrial de Belgrano en medio
de las cámaras mientras hacía declaraciones. A pesar de todo, su
puesto no estuvo jaqueado, ni sufrió ningún cacerolazo exigiendo
su renuncia. Ese fue su mensaje.
Scioli también apostó fuerte: anunció 23.000 despidos y el regreso
de la “mano dura” y los “sin gorras”. Su medida más ambiciosa
es la desarticulación de la red de “manzaneras” mediante el uso
de la tarjeta magnética, manejada desde la gobernación. También
afectará a los grupos K. Lo grave es que esta medida ataca, además,
a las organizaciones políticas que reparten planes sociales que
consiguieron con su lucha y que les permite sostener su estructura
militante. Igual que su par en la ciudad, el ex motonauta pretende
primerear al gobierno.
¿Cuál de estas dos vertientes está constituyendo el Partido del Orden?
De no mediar una crisis en el corto o mediano plazo, tal vez la
primera. Si la crisis concentra el rechazo en las figuras patagónicas,
entonces estos otros dos personajes tal vez intenten su propia carrera.
Lo cierto, lo más importante, es que tomemos las lecciones del
caso: preparar nuestras filas. La acción sindical, cotidiana, sobre la
clase obrera ha demostrado enormes progresos. Hay que sumarle
la preparación política, la discusión, la formación de dirigentes, la
paulatina construcción del partido del caos. Porque mañana es hoy.
Después, tendremos que salir con lo poco o lo mucho que se haya
hecho. Se acercan momentos de decisión y, cuando llegue, no habrá
lugar para los confundidos, para los vacilantes y, si sabemos pelear,
tampoco para lo viejo.

http://www.razonyrevolucion.org/HTML/elaromo.htm
http://www.razonyrevolucion.org/textos/elaromo/editorial41.pdf