Saturday, January 26, 2008

Crisis del capitalismo y de la civilización monetarista


Alfredo Jalife-Rahme

En medio del desplome global bursátil, ya muy anunciado sobre el cual hasta da pereza ahondar, la reunión anual del delirante cuan hilarante Foro Económico (sic) de Davos, que de por sí se encontraba en agonía, ha exhibido su patética irrelevancia.

Por lo menos Davos seguirá siendo un centro de esquí, mientras las otras plazas de la “globalización pirata” –es decir, la desregulada “globalización financiera” (que no “económica”) israelí-anglosajona de la parasitaria plutocracia neofeudal y su “contabilidad invisible” en los “paraísos fiscales”–, como Wall Street, la City y Francfort (para citar las relevantes; no vamos a perder el tiempo con las cómicas “bolsas” de Madrid y de la ciudad de México), no servirán para realizar ningún deporte que no sea la excavación de sus ruinas de “papel-chatarra” acumulado en casi dos décadas de alquimia impuesta por sus sicóticos brujos-aprendices a cargo de sus bancos centrales monetaristas, hoy en plena desintegración.

No se trata de una “crisis” ordinaria (el punto de inflexión entre la vida y la muerte) a la que nos tiene acostumbrado el “mercado” capitalista monetarista, sino del “fin de una era” –el imperio del dolarcentrismo– que ha puesto en la picota a su piratería global que se expresó en la más radical de sus excrecencias centralbanquistas: la globalización financiera israelí-anglosajona.

El problema no proviene del manicomio monetarista fiscalista (¿qué de peor se podía esperar de gente tan ignorantemente ahistórica y fanáticamente ultrarreduccionista?), sino de la irresponsable cuan inexistente clase política “global” que se esfumó alarmantemente frente a las alucinantes “leyes (sic)” esotéricas del sicótico “mercado”.

Gran parte de la culpa recae en los irresponsables multimedia “globales” –lo cual obliga a repensar la posesión, uso y abuso de las “concesiones” como el nuevo frente de batalla de la democracia ciudadana del siglo XXI–, quienes engañaron hasta el cansancio a una población valetudinaria cuan ignara para propiciar artificialmente el efecto borrego de los “mercados” controlados por la banca israelí-anglosajona, hoy en plena putrefacción.

Los portavoces de la globalización pirata, como Martin Wolf, editor en jefe de la sección económica de The Financial Times (15/1/08), y Anatole Kaletsky (The Times, 17/1/08) repercuten en sus escritos los estertores del modelo capitalista.

Más profundo, por ser menos financierista que Wolf, Kaletsky verifica las exequias de los dos gigantes del capitalismo bancario estadunidense, Citigroup y Merrill Lynch, “universalmente reconocidos como los mayores y desvergonzados (sic) símbolos de la hegemonía financiera de EU y el triunfo del capitalismo de mercado en cada rincón del planeta”, rescatados en el pasado trimestre con más de 100 mil millones de dólares provenientes de los “fondos soberanos de riqueza” (¡estatales!) de la OPEP, China y Asia.

Se desprenden dos consecuencias nodales a juicio de Kaletesky: “un giro decisivo del centro de gravedad de la economía mundial opera en favor de Asia después de cinco siglos de dominio financiero, económico y por consiguiente (sic) político por Europa y EU”.

No es gratuito que la explosión de la burbuja bursátil global haya sucedido mientras el primer británico Gordon Brown se encontraba en un periplo por China e India, los dos nuevos gigantes emergentes euroasiáticos.

La dupla anglosajona empieza a desacoplarse desde el punto de vista financiero y el premier británico Brown intenta seducir los capitales chinos –específicamente a la estatal CIC, que cuenta con más de 200 mil millones de dólares en “fondos de riqueza soberana”– para atraer su colocación en la bolsa londinense (donde sólo cotizan seis empresas chinas frente a las 39 que operan en Wall Street) con el fin de adoptar a la City como su centro de operaciones fuera de China.

Es notoria la hambruna por los capitales chinos de parte de los descendientes de Adam Smith, mientras en EU se ha vuelto una moda maligna denostar el éxito mercantil de Pekín.

Dicho sea con humildad de rigor, pero desde la primavera pasada en los foros de Casa Lamm-La Jornada ya habíamos advertido sobre el poderoso ascenso de los “fondos soberanos de riqueza” (¡estatales!), cuando propusimos varias medidas para enderezar a Pemex, entre ellas el uso de las Afore y las reservas del parasitario Banco de México, por desgracia en manos de un fundamentalista monetarista: el cordobista-zedillista Ortiz Martínez, quien no cesa de hacer el ridículo por su sometimiento esclavista a la Reserva Federal, en detrimento del interés nacional que le ha costado al país una fortuna por mantener (y subsidiar) las reservas en “dólares-chatarra” en lugar de otras divisas más solventes (v. gr. euro, oro, plata, etcétera) como le venimos aconsejando desde hace un buen tiempo.

Más allá de la penetración de la OPEP y los asiáticos estatistas en las entrañas del minotauro de Wall Street, a juicio de Kaletsky la segunda consecuencia del “rescate” de los principales bancos capitalistas por las entidades gubernamentales de los “fondos soberanos de riqueza” rompen con las leyes del libre mercado capitalista lo que implica que la “actual crisis financiera global no puede ser resuelta por las fuerzas privadas del mercado”.

¿Dónde quedará el “capitalismo de libre-mercado” con tanta intervención estatal? La pelota está del lado de los gobernantes y los reguladores, quienes se encuentran frente a un dilema desgarrador según Kaletsky: “o aceptan un largo (sic) periodo de parálisis financiera, lo que lleva inevitablemente a una profunda recesión global y quizá a una década de depresión al estilo japonés, o bien tendrán que adoptar un plan B que involucra la intervención de algún tipo del sector público que supera el juicio (¡súper sic!) de las fuerzas del mercado”.

La muy acertada publicación europea GEAB (número 21, 15/1/08) desglosa la “Muy (sic) Gran Depresión de EU” que sería “más grave que la de 1929” a nivel local y global: “todos los fundamentos sobre los cuales descansa la economía desde 1945 se vinieron abajo”, cuyo paroxismo se expondrá en el curso de este año, y uno de sus “catalizadores” será la “crisis socio-económica sin precedente en EU que afecta severamente a los hogares” y la credibilidad de los operadores financieros que ha paralizado las inversiones.

Los efectos de la “Muy Gran Depresión de EU” serán contrastantes en Europa, Asia y los países emergentes y se caracterizará por la recesión de EU, la estanflación global y la captura de las instituciones financieras privadas occidentales por las entidades estatales provistas de su poderosos “fondos de riqueza soberana”.

Tampoco hay que exagerar, como el megaespeculador George Soros, que se trata de una crisis de la civilización “occidental (sic)”. Más que una crisis civilizatoria, padecemos, mejor dicho, el triple fin del mercantilismo al estilo Manchester de la globalización financiera al estilo Davos, hoy en la insolvencia crediticia y moral, y de la piratería anglosajona global. No está mal. ¿No será más bien todo lo contrario: que ahora pueda pervivir la verdadera quintaesencia civilizatoria “occidental” tan estropeada, de corte neorrenacentista humanista, donde el ser humano vuelva a colocarse por encima del mercado?

http://www.jornada.unam.mx/2008/01/23/index.php?section=opinion&article=020o1pol

Wednesday, January 23, 2008

Con la baja de tasas, EE.UU. calmó los mercados pero los diarios advierten que continúa el temor

Diversas lecturas para la “fuerte jugada” de la Reserva Federal
Consignan que la “drástica” reducción del 0,75% del tipo de interés es el mayor recorte en décadas. Destacan que persisten las dudas y repasan los movimientos de las principales Bolsas.

La sorpresiva decisión de Ben Bernanke, titular de la Reserva Federal (Fed), de reducir la tasa de interés de referencia del 4,15% al 3,5%, descomprimió los mercados y también le quitó protagonismo al tema del fantasma de la recesión y su posible contagio, que ayer “copó” las portadas. Instalan dichos de George Soros, quien afirma que “ésta es la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial”.Clarín prioriza en nota de Ana Baron la “urgente y drástica baja de las tasas por temor a una recesión” dispuesta por el jefe de la Fed y da cuenta de la reunión de Bush con legisladores para ultimar los detalles de su plan fiscal. Considera que “La mayoría de las Bolsas se estabilizó después del anuncio”. Ambito analiza la baja de 75 céntimos porcentuales “sirvió para detener el pánico de los inversores del mundo, pero lejos está la impresión de que lo peor haya quedado atrás”. Además sostiene que “Resurgieron bonos argentinos casi 3%”.El Cronista apunta que “la administración Bush mostró que hará todo lo que pueda para evitar la recesión” y desde su suplemento de Finanzas y Mercados advierte que “Nada es suficiente: ahora Wall Street quiere otro recorte la semana que viene”. BAE sostiene que “Los mercados recuperaron terreno con la baja de tasas, pero esperan un nuevo recorte de la FED” y señala que “El FMI apoya el plan fiscal de los EE. UU.”. Dedica un apartado al Merval, que “ganó 3,55% y recuperó parte de la caída del lunes”.Página/12 instala que la Fed jugó “Otra carta fuerte para frenar la crisis” y anota los pronósticos de “gurúes” de la “city”, según quienes la crisis tendrá escaso impacto en el país. “Según La Prensa, “Bernanke no logró convencer a Wall Street, que perdió 1,06%” y “El Merval recuperó el 3,55%”.

Estudian el impacto de la crisis en la soja y los granos
Uno de los enfoques que se recorta con peso propio del análisis que hacen los diarios de las derivaciones de la tormenta financiera es la influencia que tuvo en la cotización de los granos y en las perspectivas de la soja.El Cronista instala que “resiste bien la soja: sólo bajó 3%” y señala que “Los granos locales quedaron afuera de las caídas por la crisis”. En esa línea, Clarín consigna en un análisis de Gustavo Bazzan que los precios récord de la soja y otros productos agrícolas “garantizan el colchón de superávit fiscal que amortigua los golpes externos”.En cambio, según Ambito la “Debacle de EE. UU. también impactó en granos: cayeron 2%” y para La Nación “Los granos acusaron recibo de la volatilidad financiera”.

http://www.diariosobrediarios.com.ar/

Tuesday, January 22, 2008

Todos advierten que EE.UU. profundiza la crisis financiera

Especulan sobre la reunión de hoy entre la Presidenta y Moyano

El nuevo temblor en los mercados financieros, provocado por la recesión en Estados Unidos, se convierte en la noticia excluyente del día. Destacan que el “lunes negro” golpeó a la Bolsa porteña.

Tras cuatro jornadas de fuerte dispersión informativa, todos los matutinos coinciden hoy en presentar como noticia central el nuevo temblor en los mercados financieros, generado por la desconfianza en el “megaplán” lanzado el último viernes por el gobierno de George Bush para revertir una serie de indicadores negativos de la economía de Estados Unidos.
Los dos principales diarios argentinos alteran la diagramación habitual de sus portadas para darle una fuerte repercusión a la crisis financiera. Clarín le destina todo el ancho superior de la tapa al título “Por EE.UU. temblaron las bolsas en Europa y Asia”, y considera que el plan anunciado por Bush “para evitar la recesión no convenció a los mercados”. Añade que, a pesar de que el “impacto se sintió fuerte en Buenos Aires”, el Gobierno nacional “insiste en que el país está protegido de una eventual crisis mundial”.
La Nación usa la mitad de la sábana central para presentar el “Pánico en los mercados por el alcance de la crisis en EE.UU.”. Precisa que las “pérdidas golpearon incluso a activos financieros considerados ‘refugio’, como los ligados al oro y al petróleo; en Europa fue el mayor derrumbe desde el ataque a las Torres; la Bolsa porteña cayó 6,27%”.
Un gesto de resignación del presidente estadounidense, que es presentado como “El hombre de la bolsa”, ilustra la portada de Página/12. Según el diario, los “anuncios de Bush no convencieron a los financistas y las bolsas de todo el mundo tuvieron caídas record”. Por su parte, La Prensa advierte sobre el “Pánico mundial” que desató el plan económico lanzado por Bush.
Los cuatro diarios también coinciden en presentar en tapa la denuncia del canciller Jorge Taiana sobre presuntas maniobras ilícitas en la importación de automóviles por parte de diplomáticos argentinos y extranjeros. Clarín señala, al igual que La Nación, que “Denuncian maniobras con autos de diplomáticos”, Página/12 titula “Una invasión de Ferraris con chapa diplomática”, y La Prensa indica que “Detectan irregularidades en la Cancillería”.
Sobre la visita del líder de la CGT, Hugo Moyano, a la presidenta Cristina Kirchner, Carlos Pagni opina en La Nación que la reunión se concentrará en la “necesidad de que la dirigencia sindical reprima sus reclamos salariales”.

Ambito pronostica un “martes negro”
Tal como sucedió el miércoles y el viernes de la semana pasada, los tres diarios económicos llegan hoy a la nublada city porteña con malas noticias para el sector financiero por un nuevo temblor bursátil global, provocado por la recesión en Estados Unidos.Ambito advierte que “Se augura un martes negro en los mercados del mundo”, y considera que, si “la Reserva Federal y los bancos centrales mundiales no actúan hoy, se considera inevitable una reiteración de las fuertes caídas de las bolsas registradas ayer”. Además, señala que Buenos Aires “sintió de lleno el impacto. Los bonos cayeron 4% y el dólar subió hasta $ 3,18”.El Cronista le destina más de dos tercios de la portada al “Desastre financiero por el pánico mundial a la recesión en EE.UU.”. En sintonía con Ambito, El Cronista sostiene que “Sólo una intervención directa y decidida del gobierno norteamericano podría frenar la corrida financiera mundial”.“Derrumbe bursátil global porque los mercados sólo ven recesión en EE.UU.”, así encabeza la tapa Buenos Aires Económico, y agrega que las “Bolsas del mundo vivieron su peor día en seis años”.Ambito y El Cronista anuncian que el líder sindical Hugo Moyano firmará hoy un acuerdo salarial con la presidenta Cristina Kirchner

http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/diarios/hoy/index.asp

Saturday, January 19, 2008

Otra mirada a la crisis estadounidense del 2008 en adelante

Oscar Ugarteche
Alai-amlatina

Tomás Palley ha escrito recientemente un artículo titulado “no apuesten contra el dólar”. http://www.thomaspalley.com/?p=92#more-92 . Fundador del Proyecto de una Economía para una Sociedad Democrática y Abierta, Palley, hombre de centro y crítico de la ortodoxia, inicia su artículo con una defensa del papel del dólar como moneda de reserva internacional y dice que eso no está por cambiar. Ayer, 17 de enero del año 2008 la bolsa de Nueva York cayó 306 puntos registrando 12,159 puntos el Dow Jones Industrial Average. El camino de descenso de la economía estadounidense ha quedado confirmado con este dato y prosigo a responder al colega Palley desde una visión latinoamericana.

Tal vez Palley no haya seguido las discusiones en torno a la Unidad Monetaria Asiática, la reconversión de las reservas de los países árabes en euros y su comercio de petróleo en una canasta de monedas, la propuesta rusa de unirse a China para una moneda de reservas en común. Quizás tampoco se haya fijado que se está expandiendo y fortaleciendo la zona rand en África y que el comercio dentro del MERCOSUR comienza a hacerse en las monedas de los países. A Sudamérica le falta la unidad monetaria sudamericana para completar el cuadro de la regionalización financiera y esa debería de estar diseñada en el curso del 2008. De forma que si está habiendo un cambio en las monedas en las que se guardan las reservas internacionales.

La razón es que el valor del dólar ha caído como fruto del inmenso déficit estadounidense y la pérdida de confianza en la solidez de la economía. El mejor indicador es el precio del oro que en enero del año 2003 era de menos de 350 dólares la onza y en enero del 2008 está en más de 900 dólares la onza. La triplicación del precio del oro es la otra cara de la medalla de la pérdida de confianza en el dólar estadounidense. Las proyecciones son que podría llegar a 1,600 dólares la onza en los próximos años. Nadie cree, por lo tanto, que la debilidad del dólar sea recuperable en un futuro cercano o menos cercano. Menos tras la masiva crisis de la bolsa neoyorkina.

El dólar estadounidense es la sangre del sistema internacional que está atravesando grandes cambios regionales para seguirle el paso a Europa con el euro. Los más importantes son los asiáticos que detentan el 67% de las reservas internacionales del mundo y que cada vez son más renuentes a financiar una guerra que no les parece correcta. En general, las reservas internacionales los bancos centrales las guardan en dólares en bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Es decir, son los créditos de su deuda externa. Los acreedores a todas luces no estamos impresionados ni por la invasión a Irak ni por la performance sangrienta en el Medio Oriente. Recordemos que ahora los acreedores de Estados Unidos somos todo el resto del mundo. Tampoco olvidemos que los exportadores de petróleo son esencialmente países islámicos y que para ellos financiar una guerra va en contra de sus creencias. Mucho más si esa guerra es contra otros musulmanes.

Hay una salida para el dólar y eso en efecto va a tener un impacto inflacionario sobre la economía estadounidense que acompañará el estancamiento económico que se está iniciando asemejándose al escenario de 1973-74. Al fin y al cabo si para el resto del mundo el alza del precio del petróleo es de 40% o 100% en monedas ajenas al dólar, para Estados Unidos y los anclados a dicha moneda, es de 178%.

En segundo lugar, Pullay dice correctamente que una declinación en la demanda por activos en dólares podría llevar a una caída de precios de activos en dólares y un alza en la tasa de interés. Esto lo estamos viendo en el mercado hipotecario que viene de bajada hace dos años y con la bolsa de valores que, tras llegar a un records de 14,000 hace un año, está ahora frisando los 12,000 rumbo a la baja. La tasa de interés no la dejan subir porque la Reserva Federal (FED, sigla en inglés) está intentando tener un política contra cíclica, como Japón en la década del 90, tras el derrumbe de su mercado inmobiliario y de bolsa, aunque no logró reactivar su economía, como se recordará. El libre mercado no manda sobre la tasa de interés en Estados Unidos sino que es el FED quien manda sobre la misma.

Palley afirma de manera bastante sesgada que los analistas ven en la “depreciación del dólar contra el euro” el final del patrón dólar, Quizás sería bueno recordar que es el secretario del Tesoro, Henry M. Paulson, Jr., quien está insistiendo que los asiáticos permitan al dólar devaluarse frente a las monedas asiáticos y más específicamente de China. También hay que recordar que todos los demás que no estamos basados en el euro hemos visto la devaluación del dólar, convirtiéndose así en un activo barato y que abarata las importaciones de dicho país. Para Palley esto es saludable. Para el resto del mundo, es decir, para todos nosotros los no estadounidenses y que no usamos al dólar como moneda de pago, es un problema. Los medidores internacionales se establecieron en dólares en la década de los años 40 del siglo pasado, cuando Estados Unidos era el acreedor del mundo. Hoy es el mayor deudor del mundo y dicha divisa sigue siendo la unidad de medida internacional.

Las distorsiones que esto crea las voy a poner como ejemplo a continuación:

Entre enero del 2003 y diciembre del 2007, el precio del barril de petróleo subió 178% en dólares americanos: de 32 a 92; en reales brasileños varió 40%: de 116 a 162 reales por barril; en soles peruanos creció en 137%: de 115 soles por barril a 274 soles; en pesos colombianos 102%, en rands subió 118%. ¿La referencia en dólares es útil? El precio del dólar en reales bajó de 3.53 a 1.77, en soles bajó de 3.46 a 2.98, en pesos colombianos bajó de 2778 a 2014 y en rands de 8.69 a 6.93. En euros también bajó el precio del dólar; y en dólares canadienses, australianos, yenes, etc. Ojalá el problema fuera la relación dólar -euro. El problema para el resto del mundo es la inutilidad del dólar estadounidense como medidor de precios internacionales. Por eso el euro se ha ampliado a más países, incluidos Malta y Chipre recientemente, se está trabajando hacia una unidad monetaria asiática y se está elaborando una unidad monetaria sudamericana así como una zona rand, por nombrar algunos instrumentos nuevos sustitutivos del dólar como reserva inter nacional y como moneda de referencia..

Palley no comprende el miedo del resto del mundo. Los miedos nuestros están bien puestos porque los .problemas económicos estadounidenses siempre se exportan. En 1971 Nixon terminó con las paridades fijas y con el sistema de Bretton Woods; en 1981 Reagan con Reaganomics fabricó una crisis de deuda del resto del mundo al presionar una política expansiva fiscal al mismo tiempo que se mantenía una política monetaria ajustada. Sí, tenemos miedo porque la responsabilidad global no ha sido un fuerte de Washington, al menos no de los gobiernos republicanos. Hace falta recordar también la década de los años 20. Hoy el problema estadounidense se parece al de los países en vías de desarrollo: consume más de lo que produce y lo hace tomando dinero prestado. Lo serio es que Bush y sus secuaces han logrado convertir a la economía más grande del mundo en la deudora mayor del mundo sin haber pasado por una guerra que les haya destruido la base productiva, como antes a los países europeos.

Palley confía, en un acto de seguridad personal, en que el papel de Estados Unidos como comprador de última instancia será lo que moverá al resto del mundo a prestarle dinero. Lo que se ve es una reestructuración de los mercados internacionales. La publicidad de Washington hasta ahora ha sido que China es el motor del mundo. Todo parece indicar que el motor del mundo está en la guerra y en el manejo del déficit fiscal estadounidense por la guerra. ¿Pueden sostener esa guerra y esa lógica por mucho más tiempo? Se acaba de ir Bush a vender armas a Medio Oriente. Tendrá que vendérselas a todo el mundo y no solo a Medio Oriente si quiere tapar el déficit externo.

El resto del texto de Palley invito a leerlo porque se podrá apreciar la lectura peculiar que tiene de las políticas exportadoras y cómo llegaron a nuestros países. Es un botón de muestra de la manera peculiar como los academicos estadounidenses progresistas entienden lo que pasó en América Latina. La agonía del FMI y la debilidad del Banco Mundial son parte del problema que Palley ignora: las instituciones multilaterales no hicieron nada por prevenir este problema y no son parte de la solución tampoco. Entonces, ¿para qué son? Estas son bajas multilaterales derivadas de la irresponsabilidad fiscal del gobierno del país del norte y de la impotencia de las instituciones basadas en Washington para lidiar con ellas. Solo que el FMI fue creado para que no se repitiera una crisis global nuevamente, y lo creó conceptualmente el Tesoro en 1935/36. Quizás le dio alzheimer al gobierno estadounidense y se olvidó lo que fabricó y para qué era. O los republicanos creen que los inventos demócratas son demoníacos, en estos tiempos de integrismo.

Mientras tanto, el resto de nosotros seguimos preparándonos para un mundo post patrón dólar, con unidades monetarias regionales, con instituciones financieras regionales y con un sistema de comercio que sea mucho menos dependiente de un solo comprador que suele tener dos raseros, uno para sí y otro para el resto. No hay la menor duda ni de que habrá una recesión ni de que tendrán más inflación. La interrogante es si será como 1974-75 o si será como Japón post 1990. Temamos al dólar y sigamos trabajando por la autonomización regional.

- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, e integra la Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd). Es presidente de ALAI.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62031




La crisis mundial: ¿qué hay de nuevo, viejo?

Jorge Altamira
Prensa Obrera



El derrumbe del 7% de las acciones del Citigroup, en un solo día - el martes 15 pasado- podría estar señalando el ingreso de la crisis financiera internacional en una nueva etapa. El anuncio de pérdidas por casi 10.000 millones de dólares por parte del segundo banco norteamericano en términos de capital, en un solo trimestre, causó una enorme caída en las principales Bolsas del mundo, que esperaban que aquéllas no superaran los 4.000 millones de dólares. El 'optimismo' que había generado IBM el día anterior, con ganancias superiores a las pronosticadas, se disipó en forma fulminante. El balance del Citi dejó en evidencia que la insolvencia de su cartera de créditos hipotecarios se había extendido a los préstamos para el consumo y a las tarjetas de crédito.

El 'aguante'

La gestión de la crisis financiera, hasta el momento, se parece bastante a la emprendida por Cavallo cuando asumió como ministro en marzo de 2001. Los bancos no liquidan los créditos hipotecarios insolventes que tienen en su poder o los títulos que emitieron con la garantía de esos créditos. El 'default' de los deudores hipotecarios no fue seguido por una declaración de 'default' de las hipotecas correspondientes; es decir que los bancos no negocian los títulos o bonos hipotecarios en el mercado. Tampoco en Argentina, la incapacidad del Estado para pagar la deuda pública fue acompañada por la correspondiente desvaloración de los títulos de esa deuda que los bancos tenían en sus alforjas. Cuando el Citigroup habla de 'pérdidas' se refiere solamente a una 'previsión' contable que anota en sus cuentas con la expectativa de que el valor de esos títulos o créditos insolventes se recupere en el futuro. Mientras tanto, para hacer frente a sus propias deudas o al retiro del dinero de sus depositantes recurre a los 'servicios' del Banco Central (FED), que le provee de recursos sin límites (como ocurrió con los 'megacanjes' y 'blindajes' que otorgaron un 'club de bancos' y el FMI durante el agitado gobierno de De la Rúa). El 'aguante' que el Banco Central le hace a los grandes bancos norteamericanos explica que el mercado de capitales (donde se negocian los bonos o títulos, tanto públicos como privados) no se haya declarado todavía en bancarrota.

La magnitud de las pérdidas calculadas, desde el inicio de la crisis, hacen imbancable (literalmente) la continuación de este esquema de postergación de la bancarrota. Los quebrantos que llevan registrados los bancos de Estados Unidos y Europa suman ya unos 200.000 millones de dólares, pero nadie estima que puedan ser inferiores a los 400.000 millones, y algunos los prevén en un billón de dólares. A esto se le suman ahora los incobrables por créditos al consumo y por las tarjetas, pero por sobre todo la previsión de una recesión, o sea de una caída del PBI, por lo menos durante más de medio año. En Gran Bretaña, este esquema de patear el derrumbe para adelante ya ha fracasado en el caso del banco Northern Rock, apenas el quinto en tamaño, que sin embargo se ha 'tragado' la friolera de 25.000 millones de libras esterlinas. El primer ministro laborista acaba de anunciar que el banco será nacionalizado, o sea que el Estado asumirá directamente el 'aguante' de la cartera insolvente del Northern Rock. Como cualquiera podría imaginar, esta perspectiva 'nacional y popular' en el Reino Unido ya ha derribado a la libra esterlina en un 15%, y la previsión es que la 'moneda fuerte' de la City de Londres se vaya barranca abajo. La nacionalización constituye un intento final de evitar el derrumbe del mercado de capitales londinense.

Otro factor que apunta al derrumbe del mercado de capitales, tanto público como privado, es la situación de los fondos que aseguran a los tenedores de títulos contra las pérdidas que podría provocarles una caída de sus precios. Las más importantes de estas aseguradoras, sin embargo, no reúnen el capital suficiente para hacer frente a los seguros. Esta incertidumbre puede llevar a una liquidación masiva de los bonos que emitieron los municipios y los Estados norteamericanos para financiar sus gastos e inversiones. Por otro lado, provocaría un golpe mortal a los fondos de pensiones que compraron estos títulos estatales. La banca central norteamericana debe hacerle el 'aguante', con sus monumentales emisiones de billetes, no sólo a los bancos sino a todas las compañías y fondos de seguros asociados a la especulación financiera.

Barbarians, por favor

¿Podría ser que las 'hordas asiáticas' acaben salvando a la "civilización occidental y cristiana"? Es lo que aseguran quienes esperan que los fondos de inversiones de diversos Estados de Asia compren acciones de los grupos financieros afectados por la crisis hipotecaria. Esos fondos reúnen ya unos 3 billones y medio de dólares gracias a la acumulación de reservas en divisas por parte de sus bancos centrales. Pero la experiencia hasta ahora no es buena, porque aquellos que lo hicieron ya han perdido bastante plata como consecuencia de la caída del precio de las acciones. El fondo más importante de China, que tenía previsto incorporarse al capital del banco Morgan, acaba de recular ante un panorama que se torna cada vez más sombrío. Alega, naturalmente, que debería priorizar sus inversiones en el mercado interno de China. Tampoco la persistente devaluación del dólar los entusiasma para meter plata en bancos estadounidenses. Según los diarios, el ingreso de Temasek, el fondo de Singapur, en el suizo UBS, obedece a que una caída de UBS afectaría a ese estado, en donde el banco suizo ocupa el primer lugar en el ranking de bancos. En otros casos, como el del ingreso de un fondo saudita en el Citibank, se trata de operaciones de cambios de favores - capital árabe para los yanquis a cambio de la venta de armamento sofisticado por parte de los Bush.

De todos modos, como los fondos se constituyen a partir de reservas internacionales, su consistencia está condicionada a que no se produzcan déficits en los balances comerciales y de capitales de sus países - lo cual en un período de crisis puede ocurrir muy rápidamente.

De cualquier manera, las inyecciones de fondos para que los bancos sigan en pie con sus carteras de créditos e inversiones sin embargo fundidas, no resuelve el problema de la necesidad de que el crédito continúe fluyendo. Es aquí que aparece el artificio de la FED de reducir la tasa de interés. Pero hasta ahora el resultado ha sido un poco más que nulo, porque las tasas a mediano y largo plazo, que son las que importan, en lugar de caer suben, y el stock de crédito entre empresas sigue bajando. Se corre el riesgo, incluso, de que en lugar de estabilizar el crédito, la reducción de las tasas oficiales de interés de corto plazo provoque una nueva burbuja especulativa - tomar créditos a corto plazo (y bajo interés) para comprar títulos públicos a plazos mayores (que rinden más).

Una crisis del capital, con perdón de la palabra

Lo que se ha convenido en llamar una crisis financiera no es propiamente tal. Como acaba de señalar un observador, el mercado de consumo norteamericano es un mercado "apalancado" - depende cada vez más menos del ingreso por salarios y cada vez más del crédito al consumo. Por eso el nivel del endeudamiento de las familias oscila en torno a un 200% de su ingreso disponible. Ocurre, sin embargo, que la fuerza de trabajo que recibe esos ingresos bajo la forma de salarios o de remuneración de un trabajo autónomo, no acumula el valor que crea con su trabajo; lo acumula el capital. Como la fuerza de trabajo, a diferencia del capital, no se autovaloriza, a la larga su endeudamiento acaba con sus ingresos y salarios: el salario pasa a remunerar al capital (bancario), no a la fuerza de trabajo. La crisis bancaria disimula, entonces, una crisis de sobreproducción, que el crédito al consumo ha tratado infructuosamente de superar: las fuerzas productivas desbordan el marco capitalista en que fueron creadas. El estallido del crédito al consumo (incluido el hipotecario) potencia social e históricamente la recesión económica: socialmente, amenaza con generar una miseria mayor a las crisis precedentes; históricamente, tiene límites mucho mayores para encontrar una vía de salida o, dicho de otro modo, sus vías de salida son más destructivas y (¡sí!) catastróficas.

Los capitalistas intentan consolar a los trabajadores señalándoles que aún en condiciones de crisis, los activos de las familias superan a los pasivos o deudas (al menos en los países desarrollados). Es decir que son, incluso ahora, 'superavitarias'. Pero si esto tiene algún sentido, se reduce a lo siguiente: a que las familias deberán vender sus artefactos domésticos y perder sus ahorros bancarios o financieros, y en primer lugar sus viviendas, para pagar las deudas contraídas para comprarlos. Pero mientras la liquidación de un capital (insolvente) crea otro capital (los capitales se concentran y centralizan), la liquidación de una familia no crea otra familia. Se asoma, de este modo, uno de los aspectos fundamentales de la presente crisis, que es la perspectiva de desalojo de sus viviendas de dos millones de familias en el curso de los próximos 12-18 meses. Estados Unidos se encuentra en las vísperas de una gran crisis social, como ya lo atestigua el estado de Michigan, sede de la industria automotriz, donde la desocupación se aproxima al 10%. Detroit, su capital, ya tiene todos los signos precursores de un área devastada.

La extensión del crédito hacia el consumo y la captura de los salarios por el capital financiero es una manifestación extrema de parasitismo; coloca al capital ante un límite objetivo. El desarrollo de la presente crisis mundial no se produce en un vacío histórico sino en el marco de la declinación del régimen de producción capitalista. Es, al mismo tiempo, una impecable ilustración de la transición hacia un régimen socialista, porque todo el flujo de fondos de consumo y de capital se encuentra aprisionado por una única red de instituciones financieras, manejadas por un puñado reducidísimo de capitales y capitalistas.

El oro y el euro

Los que aseguran que el fin de la "civilización americana" dará paso a otra 'civilización' (ella también capitalista) de características chinas, asiáticas o incluso europeas, deben haberse sorprendido, suponemos, por la emergencia del oro, que se acerca a los mil dólares la onza cuando la crisis aún se encuentra en pañales. Se trata del refugio universal del valor, que pone al desnudo la desvalorización de todas las formas nacionales de la riqueza capitalista. ¡Pero la economía mundial no puede volver a transar en oro, a saber, no puede retroceder del crédito virtual y electrónico, y de la especulación financiera (con sus bonos, swaps, opciones, coberturas), al intercambio simple de mercancías!

De la crisis bancaria y financiera pasamos así, sin tránsito, a una crisis monetaria, que para el caso de la devaluación del dólar es por demás clara. Pero no solamente el dólar. La crisis hipotecaria afecta fuertemente a otras naciones, como Irlanda, España y el Reino Unido. El estancamiento económico se manifiesta también en Francia e Italia, y en menor medida en Alemania. Las naciones de Europa oriental y Turquía deben hacer frente a grandes déficits comerciales y una enorme deuda externa de corto plazo.

Como los países que han adoptado el euro no pueden recurrir a la devaluación para disminuir el peso de sus deudas y rebajar el costo de su producción, corren el peligro de una recesión gigantesca. Por eso es llamativa la devaluación de la libra esterlina, como síntoma de una salida, y porque también mete presión al euro, que se supervaloriza. También importa señalar la caída de los grupos hipotecarios españoles y el crecimiento del desempleo en este país, a partir de la industria de la construcción. Como España tiene un fenomenal déficit comercial y es un país con una fuerte deuda externa, no puede financiar una salida recurriendo al crédito internacional. La crisis capitalista, en España, es el telón de fondo de las tensiones que han estado creciendo por las autonomías nacionales, principalmente de Cataluña y el País Vasco. No es casual, entonces, que los comentaristas económicos más atrevidos vuelvan a hablar de un abandono del euro por parte de Italia e incluso de España para salir devaluando de la crisis con nuevas monedas nacionales. O sea que la crisis monetaria está planteando ya, potencialmente, una dislocación del comercio internacional - y de esa creación adorada del imperialismo, la moneda común europea, e inclusive de la cohesión estatal de algunas multinacionalidades europeas.

Menos mal que tenemos a China

A pesar de los síntomas e incluso de los análisis, muchos observadores (¡incluso trotskistas!) creen que la crisis pasará de largo, como ocurre con algunos temibles huracanes del Caribe. Alegan que las naciones desarrolladas serán salvadas esta vez por las economías 'emergentes', en algunos casos porque son grandes exportadoras de materias primas y en otros (China) porque su potencial de crecimiento interno sería ilimitado. La crisis puede estallar, pero siempre quedará algo en pie para reconstruir.

Bien mirado, todo se reduce a que China se encargaría de absorber los excedentes internacionales que dejaría una recesión norteamericana. Hasta ahora China ha sido fundamentalmente una economía exportadora de armado, con un 60% de componentes importados, en especial de Japón, Estados Unidos y Alemania. Se diría que su comercio se desarrolla dentro de una misma firma, que arma su producto en China para aprovechar la baratura de su mano de obra, la alta tasa de explotación, la posibilidad de destruir el medio ambiente y el bajo costo de las materias primas. Para compensar una caída de sus mercados de exportación, China debería modificar radicalmente su actual esquema económico, lo cual afectaría a los capitales internacionales que han convertido a China en una economía de exportación. Es decir que una crisis internacional no dejaría de lado a China sino que ella sería la más golpeada. En todas las crisis mundiales hasta ahora, al menos desde 1825, las naciones atrasadas o de desarrollo menor conocieron un salto de su industrialización y de su mercado interno debido a la interrupción de la exportación extranjera, pero esto luego de atravesar por una crisis severa; entre 1930 y 1932, el PBI de Argentina cayó un fenomenal 15%. Es precisamente esta experiencia histórica (y en especial la depresión de los años '30) la que enseña: 1) que el desarrollo interno de los emergentes tiene lugar después del estallido de la crisis, nunca con anterioridad a ella o con la posibilidad de prevenirla; 2) que cuando ese desarrollo tiene lugar se agudiza la tendencia a proteger el nuevo marco de autonomía nacional creado por la crisis mundial, en perjuicio de una recomposición del comercio internacional; 3) que solamente cuando la crisis mundial se encuentra en vías de superación (algunas décadas más tarde) se reanuda la interconexión de la economía mundial en una escala superior. En el caso de la depresión del '30, el retorno a la normalidad entrañó antes el nazismo, el holocausto, la guerra civil española, la segunda guerra mundial, cien millones de muertos, la revolución china, el avance del ejército rojo hasta las proximidades del Atlántico y varias revoluciones europeas y nacionales (en Asia, América Latina y África) traicionadas.

De todos modos, ahora mismo China se encuentra en el ojo del huracán de la crisis mundial, con una sobreinversión de capital enorme y con una 'burbuja' especulativa en la Bolsa de Shangai de enormes proporciones. Una disminución del comercio mundial, como consecuencia de una recesión en Estados Unidos y otros países, deberá provocar un estallido de proporciones en China, sin que importe el monto de reservas que tenga acumuladas, pues cualquier salida de capitales será un golpe al actual esquema económico del país. Por otro lado, el tránsito de China de una economía de exportación a otra de industrialización interna, luego de una crisis, entrañará fatalmente un enorme reacomodamiento social de fuerzas y una crisis política de proporciones. Se pondrá en juego el destino de la restauración capitalista, lo que no dejará de afectar a otras naciones asiáticas y a Rusia. La crisis mundial, debajo de su caparazón económico, hace surgir todos los problemas históricos irresueltos de la humanidad, el principal de ellos es el que plantea el agotamiento del capitalismo.

Juguemos en el bosque

En muchos aspectos la crisis actual se emparenta con la que sufrió Japón a finales de los años '80 - de la cual aún no ha salido, a pesar de haber acumulado una deuda pública de 10 billones de dólares, que fuera contraída también para salvar a los bancos luego de una igualmente gigantesca especulación inmobiliaria. La depresión japonesa y la deflación de su moneda han servido para montar una gigantesca ruleta financiera, que consiste en tomar prestado en Japón, cuya moneda es débil y su tasa de interés casi nula, para invertir en los mercados financieros exteriores, en particular Estados Unidos, Australia, Brasil, Reino Unido. Esta 'burbuja' está a punto de estallar, como ya se ve, en Estados Unidos y como deberá ocurrir próximamente en Brasil. La depresión japonesa ha financiado el ciclo económico ascendente de 2002-06. La reversión de tendencias que se anuncia será muy gravosa para Japón, porque el retorno de los capitales especulativos producirá un retorno de la depresión y la deflación. Este mismo mecanismo está operando en los mercados de materias primas, que se han ido por las nubes en el preciso momento en que la crisis financiera mundial se ha ido agudizando. Los capitalistas explotan los desequilibrios que provoca la crisis para provocar otros nuevos. La recesión norteamericana plantea un derrumbe de la cotización de las materias primas, como ya está ocurriendo con algunos metales, y con ello el sueño de un desarrollo nacional y popular basado en la explotación de los recursos naturales. Ya ocurrió esto antes, en la década de los '70, cuando Perón diseñaba el futuro de Argentina como una potencia agropecuaria.

Sujeto y objeto

La caracterización de la presente crisis debe servir para organizar una política revolucionaria. La crisis bajará a tierra las divagaciones sobre la clase obrera como 'sujeto histórico' y volverá a poner a prueba a todas las políticas que se han formulado en su nombre. La humanidad, que ya se enfrenta a las guerras imperialistas desatadas en nombre de la lucha contra el terrorismo, deberá hacer frente, progresivamente y en un plazo cierto, a millones de desalojos, crecimiento del desempleo y desocupación en masa, el derrumbe de las economías nacionales más débiles, la prueba de la restauración capitalista en los ex estados obreros, incluso la consistencia de construcciones como la moneda europea.

El solo hecho de la emergencia de una crisis de esta envergadura derriba los supuestos y las propuestas de todas las 'utopías' neo-liberales sobre el efecto milagroso del mercado sobre la división de la sociedad en clases y naciones, así como las 'terceras vías' reformistas y las soluciones de los forums sociales que postulaban un mundo diferente por medios de cambios cosméticos e indoloros. Todos los planteos políticos pasarán de nuevo por la prueba de los grandes giros, incluido el nacionalismo que tiene por referencia a Chávez. La crisis dejará expuesto el carácter reaccionario de las diversas sectas internacionales que sustituyen la necesidad de orientar al proletariado y a sus sectores más avanzados por la labor de consejeros de los nacionalistas y reformistas con mayor o menor audiencia entre las masas.

La presente crisis viene acompañada con una nueva etapa de luchas obreras y de luchas nacionales que tienen por principal protagonista a la nueva generación. Esto quiere decir que irrumpen como una tendencia. El desarrollo de esta nueva generación en la lucha es la tarea principal del nuevo período. La crisis capitalista es una ocasión extraordinaria para la formación política.

El desarrollo de la crisis, mucho antes que su desenlace, será determinado por la lucha - no por anticipos que se basan necesariamente en prejuicios. Para esta lucha es necesario un programa de transición, que señale no solamente las reivindicaciones que pueden impulsar a las masas a luchar por el poder, sino por sobre todo las condiciones y la oportunidad de esas reivindicaciones, para que sirvan para una lucha política abierta contra la burguesía y su Estado. El hilo de la historia se enmadeja pero no se corta: se trata de completar la tarea que, hace cuatro décadas, iniciaron el Mayo francés, el Cordobazo argentino, la primavera de Praga, la plaza de Tlatelolco de México y la guerra nacional y social del pueblo vietnamita que fuera apoyada por los obreros y la juventud de Europa y Estados Unidos.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=61997





Wednesday, January 16, 2008

Martes Negro

La crisis hipotecaria estadounidense provocó bajas de 2 y 3%Impacta que el Citi sinceró sus números y hundió los mercados, y se habla de recesión en EE.UU.
Consignan que la entidad reconoció un quebranto de casi u$S 10 mil millones. Muestran a Bush pidiendo más bombeo de petróleo.La crisis sin precedentes que atraviesa el Citigroup y que se muestra como una señal más del fantasma recesivo que se proyecta sobre la principal economía del planeta es la noticia económica de mayor peso en los diarios argentinos, que no dejan de señalar las derivaciones de la debacle financiera norteamericana en el país y en las principales bolsas del mundo. Varios medios reseñan que Greenspan admitió la posibilidad de estar marchando hacia una recesión económica y anuncian que Bush solicitó a la OPEP que eleve la producción de crudo para evitar que el alto precio del petróleo desacelere la economía de su país.“Citigroup le puso número a la crisis y hundió los mercados”, estampa La Nación en nota de Javier Blanco que abre una serie reunida bajo el cintillo “la crisis hipotecaria”. El diario incluye un artículo de Martín Kanenguiser que destaca que “para el Gobierno, la Argentina no sufrirá una suba en el costo financiero de su deuda pese a la agudización de la crisis externa”.Clarín, por su parte, destaca que “Por el rojo del Citi y el temor a la recesión temblaron las Bolsas”. Un recuadro da cuenta que tanto el Citigroup como Merrill Lynch acudieron a inversionistas externos para recuperar el capital erosionado por las hipotecas de alto riesgo. “Acciones y bonos retroceden con la recesión de EE. UU. en la puerta”, apunta Página/12, que también habla del “Salvavidas de asiáticos y árabes” a bancos estadounidenses. Para La Prensa, “El Citi registró las pérdidas más cuantiosas de su historia”.Ambito prioriza que la “Crisis financiera volvió a sacudir a Wall Street: bajó 2%” y agrega que la “ola de ventas sacudió a todos los mercados”. Señala la “pérdida récord del Citi”, que “cayó 7% y busca capital” y advierte que Bush fracasó en su pedido de petróleo más barato. El Cronista, que subraya el “martes negro” de Wall Street, analiza que la economía en baja es una “tragedia para republicanos”.
Según BAE “La economía de los EE. UU. desbarranca y las Bolsas volvieron a sufrir cuantiosas pérdidas”.

DsD

La quiebra de Citigroup, el mayor banco del mundo

Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada

Muchos dilectos lectores de Bajo la Lupa (ver "La quiebra de la banca negra: Citigroup, UBS, Santander y BBV", 3/10/07) se asombrarán de que desde el estallido de la "megaburbuja Greenspan", en agosto, hayamos vaticinado a contracorriente y antes que todo el mundo la quiebra oculta de Citigroup, de acuerdo con los cánones capitalistas bancarios de la "vieja economía de ahorros". Solamente nos basamos en las confesiones de los inventores de las especulaciones lúdicas de los "derivados financieros" ("Una apuesta billonaria en dólares", Programa No. 2704 de la serie Nova de PBS), quienes llegaron incluso a operar cibernéticamente con ecuaciones matemáticas supuestamente infalibles: Robert Merton y Myron Scholes, los Nobel de Economía (para lo que sirven), lo cual relatamos en nuestro libro Los once frentes antes y después del 11 de septiembre (Ed. Cadmo & Europa, 2003). No es normal que se reúnan de emergencia después del cierre bursátil, y menos en fin de semana, los directivos de Citicorp (que sus feroces enemigos en Wall Street ya apodan Citi-Corpse, es decir, el "Citicadáver" cuando nombraron director interino a Robert Rubin, ex secretario clintoniano del Tesoro y, sobre todo, ex jerarca durante un cuarto de siglo de Goldman Sachs, el mayor banco de inversiones del mundo. ¿Es Citi-Corpse, en el insolvente sistema bancario de EU, lo que fue la gasera texana mafiosa Enron en el sector energético? Todo indica en tal sentido Meredith Whitney, la temeraria analista de CIBC World Markets, quien aconseja que la mejor solución sería "fracturar el banco y venderlo en pedazos" (The Daily Telegraph, 6/11/07). La amazona Meredith, que ya pasó a la historia como la sepulturera de Citi-Corpse, fue quien detonó la crisis del insolvente "banco negro", que orilló a la renuncia precipitada de su mandamás: el inimputable Charles Chuck Prince, al exponer los agujeros negros ocultos del mayor banco del mundo, lo cual ocasionó un desplome de 369 mil millones de dólares (¡casi la mitad del PIB de México!). Debido a sus revelaciones, Meredith, quien debería ostentar el Premio Nobel de Economía en lugar de sus recipendiarios disfuncionales, recibió amenazas de muerte. Pues sí, así nos pasa a los críticos de los paradigmas caducos. Mientras Citi-Corpse se ha instalado en la negación llana y simple, ocultando su verdadera contabilidad desfondada, la admirable Meredith afirma letalmente que el mayor banco del mundo "no dispone del capital suficiente para solventar sus compromisos". Eso en la "vieja economía de ahorros" se llamaba "quiebra", antes de que el mago malhadado y malvado Alan Greenspan tomara el timón de la Reserva Federal durante casi dos décadas para inventar la "nueva economía de deuda". Según MarketWatch (5/11/07), Citi-Corpse mantenía 134 mil 840 millones de dólares en el llamado "nivel tres", cuyas tenencias "carecen de liquidez y frecuentemente no son cotizables y sus valuaciones se basan en la intuición de la directiva". En finanzas contables, el "nivel tres" equivale al noveno círculo de los infiernos dantescos y constituye la nueva clasificación de activos que la asociación de auditores ha adoptado. El problema radica en que el valor de tales "activos" no es determinable por el mercado, por lo que carece de un precio confiable. Nadie sabe para quién trabaja, y el tuxpeño Roberto Hernández Ramírez es probable que pierda sus acciones de Citicorp en plena insolvencia. ¿Qué advendrá con su filial Banamex? Por lo pronto, Citi-Corpse se ha desplomado en 25 por ciento del valor de sus acciones en tan sólo tres semanas... más lo que falta. Martin Hutchinson, en su muy leída columna de cada lunes ("El peldaño del oso", 29/10/07), aborda el "diezmo del nivel tres" y pone el dedo en la llaga sobre la manipulación contable de Goldman Sachs (Nota: que conste que nos encontramos a principios del siglo XXI, cuando supuestamente dejamos atrás la nigromancia pre-medieval)): "existe un misterio (sic) en Wall Street: la semana pasada Merrill Lynch canceló 8 mil 400 millones de dólares de la hipoteca inmobiliaria de baja calidad (Nota: el sub prime), cifra revisada (sic) de los previos 4 mil 900 millones de dólares reportados; sin embargo, Goldman Sachs no sintió la necesidad de una cancelación similar. El secreto (sic) real de la diferencia probablemente resida en los detalles de su contabilidad, en particular, en el mundo turbio (sic), que pronto será revelado, de sus activos que se encuentran en el `nivel tres' de su portafolios". Luego entonces, ¿también anda quebrado Goldman Sachs? Martin Hutchinson no come ansias y espera que a partir del 15 de noviembre (que puede prefigurar un desplome bursátil, si es que no sucede antes) "habrá una nueva herramienta para escudriñar cuánto desecho (sic) tóxico existe de las hojas contables de los bancos de inversiones; la nueva regla contable SFAS157 requiere que los bancos dividan sus activos cotizables en tres niveles, de acuerdo con la facilidad para conseguir un precio en el mercado. "El `nivel uno' expone los activos en los mercados dinámicos. En el otro extremo, los activos del `nivel tres' son invaluables y solamente tienen cotizaciones según la referencia de los modelos (¡súper sic!) de los propios bancos". ¡Bueno, ni la otrora banca privada mexicana llegó tan lejos en sus supercherías contables! Goldman Sachs, que subsume el verdadero gobierno financiero global del "nuevo capitalismo" y que opera bidireccionalmente con Citi-Corpse (el síndrome Robert Rubin), como expusimos con antelación, reveló en febrero reciente, es decir, antes del desplome inmobiliario, su "nivel tres", o sea, de toxicidad desechable, que ascendió a 72 mil millones de dólares, que en ese entonces representaban 8 por ciento de sus activos totales. Comenta al respecto el sagaz Martin Hutchinson: "el problema se vuelve más serio cuando se asienta que tales 72 mil millones de dólares representan el doble del capital de Goldman Sachs, que es de 36 mil millones. Por consiguiente, en una situación extrema la entera existencia (sic) de Goldman Sachs reside en el valor de su activos a `nivel tres', es decir, también está tan liquidado bidireccionalmente como Citi-Corpse". En la "nueva economía de deudas", sustentada por los ominosos hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) de "contabilidad invisible" en los "paraísos fiscales", el universo privilegiado del mayor banco de inversiones del mundo, Goldman Sachs (ver Bajo la Lupa, 31/10/07), los ciudadanos resultan inesperadamente quebrados, además de despedidos de sus empleos, pese a que aportan sus participativos ahorros, colocados en los bancos centrales del G-7 y que sirven discrecional y unilateralmente para rescatar a los insolventes bancos y banqueros: el "síndrome Fobaproa/IPAB global", que epitomiza en México el "amigo de Zedillo y Fox", el tuxpeño Roberto Hernández Ramírez, quien vendió a Citigroup "su banco", quebrado y sin pagar impuestos. Pero tampoco hay que asombrarse tanto, como demostró hace 77 años el lúcido Rudolf Hilferding, sobre el cataclismo que azota cuando los banqueros se apoderan de los resortes del poder de las naciones. Un país sucumbe cuando cesa de escuchar a sus sabios.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=58722